El huracán Milton ha causado estragos a su paso por Florida, dejando un rastro de destrucción y miles de evacuaciones.

Desde su impacto inicial el miércoles como un huracán de categoría 3, Milton ha disminuido su fuerza, pero no su peligrosidad. Tras tocar tierra en la costa oeste de Florida cerca de la Bahía de Tampa, los vientos máximos alcanzaron los 200 km/h, provocando daños masivos a lo largo de su trayectoria.

Las autoridades reportan al menos cuatro muertes en el condado de St Lucie, atribuibles a las tormentas que precedieron la llegada del huracán. Con la furia del ciclón, más de 3 millones de personas se quedan sin electricidad, a medida que las empresas eléctricas luchan por restaurar el servicio en medio de condiciones adversas.

Las inundaciones son uno de los aspectos más alarmantes de este fenómeno. En algunas áreas, el nivel del agua alcanzó hasta 3 metros de altura. Entre los daños materiales, el estadio de béisbol Tropicana de San Petersburgo, hogar de los Rays, perdió su techo a causa de los vientos; mientras que varios edificios han sufrido daños estructurales significativos, incluidos medios de comunicación locales.

Las autoridades han cerrado carreteras y rutas de acceso en medio de las "peligrosas condiciones" que se viven. Las fuertes lluvias han dejado caer entre 200 y 300 litros de agua por metro cuadrado en algunas zonas, lo que ha complicado aún más las labores de rescate y asistencia.

Ante la amenaza del huracán, más de 80,000 personas se han refugiado en albergues habilitados por FEMA y las autoridades locales. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias ha emitido órdenes de evacuación en 31 condados, advirtiendo a los residentes sobre la gravedad de la situación y la necesidad de protegerse.

A pesar del desplazamiento masivo, muchos habitantes decidieron quedarse en casa, aferrándose a la esperanza de que sus viviendas resistirían el embate de Milton. Sin embargo, las autoridades insisten en que es fundamental que los residentes permanezcan en sus casas y eviten salir para no dificultar las operaciones de rescate y reparación de infraestructura dañada.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, instó a los habitantes a mantener la calma y seguir las instrucciones de seguridad, mientras los meteorólogos advierten que la temporada de huracanes aún no ha terminado y nuevos peligros podrían surgir en las próximas semanas.

Cabe recordar que Milton no es solo otro huracán más; es el tercer ciclón que toca tierra en Florida este año, y el más potente hasta la fecha. La historia muestra que desde 1871, este es solo el quinto año en el que el estado recibe tres huracanes en una sola temporada, una estadística alarmante que resalta la creciente intensidad de los fenómenos climáticos.

Mientras Tampa continúa bajo alertas de emergencia y su población roza los extremos, el viento y la lluvia no ceden, y las preocupaciones sobre desastres mayores aumentan. La lucha por la recuperación apenas comienza, y Florida se enfrenta a la dura realidad de la naturaleza desatada.