Últimamente, la atención en España está más centrada en la AEMET que en cualquier otro asunto. Este jueves, la borrasca Martinho ha comenzado a devastar la Península Ibérica, dejando a su paso un sinfín de problemas. Las fuertes ráfagas de viento, que podrían superar los 100 kilómetros por hora, han llevado a la activación de alertas meteorológicas en quince comunidades. Estas mezclas de viento y lluvia son preocupantes, especialmente en regiones donde las precipitaciones ya han sido abundantes en los últimos días.

Las zonas más afectadas han sido la cordillera y los Picos de Europa en Asturias, así como Liébana en Cantabria, donde se han registrado vientos de hasta 110 kilómetros por hora. Las autoridades han emitido alertas de 'nivel naranja', indicando un riesgo significativo para la población. Además, las advertencias por vientos intensos se han extendido a comunidades como Aragón, Baleares, Castilla y León, y Galicia, donde los efectos ya son palpables.

En Sevilla, las lluvias han forzado desalojos de viviendas debido a las inundaciones. Mientras tanto, en Pontevedra, la situación no es mejor: varios tejados han sido arrancados, lo que ha causado daños importantes en la infraestructura local. Los transportes también se han visto gravemente afectados, con vuelos y conexiones marítimas canceladas en distintas zonas del país.

Ante este panorama, la Agencia Estatal de Meteorología instó a la población a permanecer alerta y a evitar desplazamientos innecesarios. La borrasca Martinho promete seguir causando estragos, y se espera que las lluvias continúen en el Sistema Central y en Andalucía, aumentando el riesgo de crecidas de ríos.

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