La lucha contra la ansiedad alimentaria

La ansiedad por la comida puede llevar a un impulso incontrolable de consumir alimentos poco saludables, incluso cuando no se tiene hambre. Quienes padecen esto suelen sentir culpa y vergüenza después de comer de forma descontrolada, lo que puede afectar su enfoque y provocar cambios de ánimo. Según el Instituto Europeo de Psicología Positiva, el problema no radica en los alimentos en sí, sino en las razones que nos llevan a comer compulsivamente.

¿Por qué sucede esto?

Los psicólogos han identificado cuatro factores principales detrás de la ansiedad por la comida. Primero, la baja autoestima puede llevar a usar la comida como un medio para llenar un vacío emocional. En segundo lugar, una mala gestión de las emociones, a menudo relacionada con la represión, contribuye a este comportamiento. Tercero, el exceso de autocontrol puede crear un efecto rebote, donde la persona cede y consume en exceso. Por último, la creencia errónea de que la comida es la única fuente de placer puede empeorar la situación.

Cómo calmar la ansiedad por la comida

Superar este ciclo vicioso requiere flexibilidad y un cambio en la mentalidad, como explica la nutricionista Sandra Moñino en su podcast "Con jengibre y limón". Moñino advierte sobre los peligros de imponer límites estrictos, afirmando: "No te prohibits cosas, porque el prohibir genera mucha ansiedad". En su lugar, sugiere un enfoque más equilibrado.

La nutricionista recomienda programas como el 80-20 o 90-10, que combinan alimentos saludables con algunos menos saludables en la dieta. "Date permiso para disfrutar de lo que te apetezca, de vez en cuando, para reducir la ansiedad por la comida", aconseja. El objetivo es fomentar una relación positiva con la comida, libre de culpa o vergüenza, y crear un equilibrio saludable en la alimentación.