La cúrcuma, un antiguo tesoro de la medicina tradicional, sigue sorprendiendo al mundo científico con sus extraordinarias propiedades beneficiosas para la salud. En el Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón, un equipo liderado por la Dra. María Luisa Soto Montenegro investiga el potencial del compuesto principal de esta especia, la curcumina, centrándose en su influencia en el eje cerebro-intestino y su papel en el tratamiento de enfermedades relacionadas con la neuroinflamación.

Recientemente, este valioso proyecto fue galardonado con el primer premio por el Comité Científico de las Ayudas de Investigación en Nutrición impulsadas por iSanidad y Herbalife, lo que subraya su importancia en el ámbito de la salud pública.

La Dra. Soto nos explica que esta investigación nace de la necesidad de comprender cómo ciertos compuestos pueden prevenir trastornos mentales como la esquizofrenia, a través de ensayos en modelos animales. Hasta ahora, han explorado diferentes sustancias antiinflamatorias, pero la curcumina ha destacado por su notable efectividad, ya que se ha comprobado que mejora déficits cognitivos y altera positivamente estructuras cerebrales.

Sin embargo, la curcumina enfrenta dos grandes obstáculos: su limitada solubilidad en agua y su escasa biodisponibilidad en el organismo. Para superar estos problemas, el equipo está desarrollando nanopartículas que encapsulan la cúrcuma, lo que les permitirá liberar los beneficiosos compuestos en el sistema nervioso central de manera más efectiva.

¿A quién va dirigido este estudio? No solo se centra en tratar condiciones como la depresión o el Alzheimer, sino que busca implementar esta terapia preventiva en adolescentes y adultos mayores, poblaciones en alto riesgo que podrían beneficiarse enormemente de sus efectos. En particular, se están considerando los efectos de la cúrcuma en el envejecimiento, al ofrecer una opción para contrarrestar la inflamación crónica de bajo grado que afecta a los mayores.

La metodología empleada incluye el uso de nanotecnología que facilita la entrega precisa de la curcumina a través de vesículas extracelulares derivadas de la leche, asegurando una mejor absorción y efectividad en comparación con la administración convencional.

Los resultados preliminares son prometedores. Se ha observado que el tratamiento con cúrcuma durante la adolescencia ayuda a revertir déficits de atención en modelos animales y a prevenir alteraciones estructurales en el cerebro, lo que abre la puerta a futuras investigaciones en humanos.

Así, el equipo multidisciplinario que trabaja en este proyecto está compuesto por expertos de diversas áreas, desde biología hasta neurociencia, todos unidos por un objetivo común: descubrir el verdadero potencial de la cúrcuma en la prevención y tratamiento de enfermedades neurodegenerativas y psiquiátricas.

Las implicaciones para la salud son enormes. Si se logra probar la eficacia de la cúrcuma en condiciones como la neuroinflamación, esto podría significar una nueva era en el manejo de enfermedades que afectan al sistema nervioso, no solo con cúrcuma, sino también con las innovadoras nanopartículas.

Así que la próxima vez que pienses en la cúrcuma, recuerda que esta especia podría ser más que solo un condimento en tu cocina; podría ser una clave para una vida más saludable y plena.