La princesa Leonor de España, junto a sus 75 compañeros, se encuentra inmersa en una emocionante aventura a bordo del 97º crucero de instrucción del buque escuela de la Armada, Juan Sebastián Elcano. Durante esta travesía, una de las paradas más destacadas ha sido en la hermosa ciudad chilena de Viña del Mar, donde la joven heredera no solo ha cumplido con sus compromisos académicos y militares, sino que también ha tenido tiempo para disfrutar de la gastronomía local.

El restaurante Don Emilio fue el elección perfecta para la princesa y sus cadetes. Este establecimiento, conocido por su fusión de sabores mediterráneos y técnicas de alta cocina, recibió con alegría a la familia real. A través de sus redes sociales, compartieron la experiencia de esta visita inolvidable: “Ayer vivimos algo que jamás olvidaremos. Tuvimos el honor de recibir a la princesa Leonor, y como en todo encuentro especial, quisimos mantener la atención sencilla y cálida, sin alterar la magia del momento. Comieron delicioso, compartieron tranquilidad y se marcharon con una sonrisa.”

Los empleados del restaurante no quisieron dejar escapar la oportunidad de inmortalizar el momento con una fotografía en la que aparecen radiantes junto a la princesa y dos de sus compañeros. “Para nosotros, fue un regalo. Una sorpresa que la vida nos dio sin previo aviso, pero que nos dejó el corazón lleno. Gracias por elegirnos y confiar en nuestra pasión por la cocina. Para Don Emilio, esto fue un verdadero hito, y lo atesoraremos siempre.”

Marcelo Assie, propietario del restaurante, comentó a un medio local que el menú disfrutado por la princesa incluía delicias como ceviche fresco, pescado exquisito y croquetas de mechada. “Generalmente, preparamos muchos pescados frescos, y eso fue lo que más disfrutaron,” reveló Assie, destacando la atención al detalle que caracteriza su cocina.

Además, la velada fue aún más memorable por la indumentaria que lució la princesa. Vestía el uniforme conocido como 'catorce botones', compuesto por un gorro blanco, gola, cordones dorados, camisa blanca de manga larga con cuello semirígido, guantes blancos, pantalones, faja de raso negro y zapatos negros de cordones. Sin duda, una imagen digna de la futura reina que no solo destaca por su linaje, sino también por su interés en conocer y disfrutar de diferentes culturas durante su instrucción.

En definitiva, la visita de la princesa Leonor a Viña del Mar no solo ha sido un evento especial para ella y sus compañeros, sino también un valioso momento de conexión con la rica tradición culinaria chilena, dejando en todos una huella inolvidable.