La Casa Palacio de Cádiz, una joya arquitectónica que ha pasado desapercibida para muchos, se erige en la calle Antonio López. Este impresionante edificio, construido a principios del siglo XIX por el comerciante de Indias Luis Gargollo y Munar, ahora alberga la Cámara de Comercio de Cádiz. Pero, ¿sabías que este palacio fue también la residencia obligada del rey Fernando VII durante el Trienio Liberal?

La riqueza de la burguesía gaditana se refleja sutilmente en su arquitectura, donde los grandes edificios no siempre lucen ostentosamente en su interior. La residencia de Luis Gargollo, aunque modesta en comparación con otros palacios europeos, se destaca por su elegante fachada, adornada con imponentes ménsulas que sostienen un despliegue de balcones, un símbolo de la grandeza y la historia de Cádiz.

Luis Gargollo, originario de Cantabria, llegó a Cádiz en 1785 y rápidamente amasó una considerable fortuna en el comercio. La construcción de su casa fue encargada al arquitecto gaditano Pedro Albisu, quien añadió una serie de elementos impresionantes, como un amplio patio y techos altos que confieren al lugar un aire de majestuosidad.

Fernando VII, conocido por su aversión a Cádiz, se vio obligado a utilizar esta casa como residencia temporal mientras se acondicionaban otros espacios en la ciudad. Gargollo, un ferviente defensor de la causa liberal, se convirtió en secretario de la Junta Superior de Defensa y Gobierno de Cádiz durante la guerra contra Francia.

En 1854, la propiedad cambió de manos y fue adquirida por el marqués Antonio de Vinent, quien posteriormente la alquiló al Banco de España. Este banco estableció su primera sucursal en Cádiz, un logro significativo para la ciudad, que contaba previamente con su propio banco, del cual Gargollo había sido parte fundadora.

No obstante, el paso del tiempo ha llevado a que el Banco de España cerrara su sucursal gaditana en 2004, y actualmente, el edificio se utiliza de manera provisional como subdelegación del Gobierno. Con su rica historia y conexiones reales, la Casa Palacio de Cádiz es un tesoro oculto que merece ser explorado por los amantes de la historia y la arquitectura.