La vida es un mosaico de experiencias, y el cine tiene el poder de transportarnos a mundos inexplorados. La magia de la gran pantalla permite vislumbrar las luchas, sueños y desafíos de aquellos que, aun compartiendo el mismo espacio, a menudo viven realidades paralelas. La ópera prima de Eva Libertad, *Sorda* (2025), es este año un ejemplo claro de cómo el cine social nos invita a reflexionar sobre los desafíos que enfrenta la comunidad sorda en un país donde se siente como "extranjera en su propio hogar".

Este fin de semana, la comunidad sorda ha celebrado un hito sin precedentes al poder disfrutar de una película española en cines por primera vez en la historia. *Sorda* no solo se proyecta con subtítulos, sino que también establece un nuevo estándar inclusivo en la industria cinematográfica española. Eva Libertad, la directora, consideró que no subtitular la película habría sido un "fracaso" ya que todos deben tener la oportunidad de disfrutar de la historia en su propio idioma.

Eva comparte cómo tuvo que superar la reticencia de algunos productores que temían que los subtítulos alejaran a la audiencia. "Me dijeron que el público no estaba acostumbrado a leer tanto y pensaban que se cansarían". Sin embargo, los resultados han sido asombrosos. Esta iniciativa ha permitido que, por primera vez, las personas sordas disfruten sin restricciones de una película española en el cine. La respuesta del público oyente ha sido sorprendentemente positiva, mostrando un esfuerzo colectivo por la inclusión y la empatía.

La película, que se perfila como uno de los grandes éxitos de la temporada tras conquistar festivales como el de Málaga y la Berlinale, cuenta con la actuación de Miriam Garlo, la hermana de Eva, quien ha vivido la experiencia de ser sorda desde los siete años. Esta conexión personal proporciona una autenticidad y profundidad a la historia que seguro resonará en el público. Eva también ha enfatizado la necesidad de abordar el "retraso en el acceso a la cultura" que enfrenta la comunidad sorda, ya que muchas veces tienen que esperar años antes de que se subtitulen películas en plataformas de streaming, lo que les impide disfrutar de la cultura audiovisual al mismo nivel que los oyentes.

En un coloquio reciente en Madrid, donde se discutió la importancia de la inclusión en el cine, Eva y Miriam resaltaron la creciente necesidad de no solo subtitular pelis, sino también de incorporar intérpretes de lengua de signos en producciones teatrales y otros eventos. "La lengua de signos no solo es un medio de comunicación, es una parte fundamental de nuestra identidad", expresó un asistente, destacando que la comunidad sorda ha estado luchando durante años por obtener visibilidad y acceso.

La postura de Eva Libertad ha sido firme; ella cree que es esencial poner estos temas en primer plano y abogar por un cine más inclusivo que reconozca la diversidad. "Si cada una de nuestras diversidades fuese valorada, podríamos compartir y enriquecernos mutuamente", afirmó.

A pesar de los avances, el trabajo aún está lejos de finalizar. Las intérpretes, como Lidia y Ana Díaz-Cardiel Muñoz, señalaron las dificultades de vivir en una profesión que históricamente se ha visto como asistencial, y que aún no se valora adecuadamente. Ambos recalcaban la importancia de formar parte de todo el proceso del cine, desde las audiciones hasta el rodaje, asegurando que todos los actores, oyentes y sordos, puedan colaborar de manera significativa.

Las voces de la comunidad sorda son vitales; en el coloquio, se hizo eco un mensaje claro: "La lengua de signos es una lengua maravillosa". Miriam Galo subrayó la importancia de que futuras generaciones aprendan desde pequeños sobre la lengua de signos para derribar muros de incomunicación desde la infancia.

Eva Libertad anhela que este primer paso no sea un mero artefacto pasajero. "Ojalá que la industria del cine no trate esto como una moda pasajera", enfatiza, sin embargo, su convicción es clara: el cambio ya está en marcha, y *Sorda* ha abierto la puerta a un mundo nuevo, un cine donde la inclusión no es una opción sino una norma. La cineasta invita a todos a unirse a esta transformación, alegando que solo así podremos aprovechar todo el potencial que la diversidad humana tiene para ofrecer.