La dirofilariosis canina, provocada por el parásito filarial Dirofilaria immitis y transmitida por mosquitos, representa una amenaza creciente para la salud de los perros en áreas de alta prevalencia. Este parásito no solo causa enfermedades graves en los caninos, sino que también genera una considerable carga de morbilidad en la población afectada. Los tratamientos profilácticos son la principal solución para combatir esta amenaza.

Recientemente, un equipo de investigación, en colaboración con Zoetis, ha explorado el efecto de un innovador tratamiento profiláctico que combina moxidectina y sarolaner. Este estudio tiene como objetivo proporcionar estrategias más efectivas para combatir la dirofilariosis canina.

Durante la investigación, se desarrolló un modelo compartimental que permite analizar distintos contextos epidemiológicos, adaptándose a diversas tasas de prevalencia y preferencias de hospedadores por parte de los mosquitos. Esto ha revelado hallazgos cruciales: cuando la preferencia de los mosquitos por los perros es baja, un cumplimiento terapéutico del 40% ya logra reducir significativamente la cantidad de perros infectados. Sin embargo, en situaciones donde esta preferencia es alta, el número de perros infectados se incrementa de forma exponencial, lo que exige un cumplimiento terapéutico cercano al 100% para controlar la infección.

Queda claro que en áreas con alta transmisión, donde los mosquitos muestran una fuerte preferencia por los perros, el tratamiento debe ser meticuloso y adherido al máximo para ser efectivo. Lo más alarmante es que en estos escenarios, la exposición de los mosquitos al sarolaner a través de la sangre provoca no solo su mortalidad, sino también una bajada notable en el número de perros infectados e infecciosos.

Uno de los puntos más destacados de esta investigación es que la eficacia del tratamiento aumenta con el cumplimiento del mismo. Sin embargo, los investigadores advierten que el impacto del tratamiento puede variar significativamente según el contexto epidemiológico en el que se aplique, lo que demanda una adaptación continua de las estrategias de prevención.

La salud de nuestros amigos peludos depende de que tomemos acciones preventivas efectivas. Es esencial que los propietarios de perros en áreas de riesgo mantengan un régimen de tratamiento estricto y consulten a sus veterinarios para asegurar la mejor protección posible contra esta peligrosa enfermedad.