
¡Desesperación en Myanmar! Equipos de rescate luchan contra reloj para encontrar supervivientes tras devastador terremoto
2025-03-31
Autor: Manuel
Con cada hora que pasa desde el devastador terremoto de magnitud 7,7 que sacudió Myanmar el pasado viernes, los equipos de rescate se enfrentan a un maratón de desesperación, buscando supervivientes entre un mar de escombros. La devastación es palpable en Mandalay, la segunda ciudad más grande del país, situada a solo 17,2 kilómetros del epicentro. Decenas de edificios se han desplomado, y algunos testigos describen la escena como un "cementerio al aire libre". Hasta ahora, el balance oficial de víctimas alcanza los 1,700, pero se teme que esta cifra se dispare en las próximas horas. La presión aumenta al acercarse el umbral crucial de 72 horas, periodo crítico en el que las posibilidades de supervivencia se desvanecen para aquellos atrapados bajo las ruinas.
Por tercera noche consecutiva, los residentes de Mandalay han tenido que improvisar refugios al aire libre, aterrorizados por las réplicas que continúan golpeando la ciudad y que han causado más pánico. "Nuestro edificio se ha agrietado, así que no me atrevo a volver a mi hogar. Todo el mundo está viviendo en las calles", comenta Aye, una superviviente local.
A pesar de las adversidades, las labores de rescate han proseguido este lunes, aunque el intenso calor, con temperaturas que rozan los 40 grados, ha dificultado la operación. Sin embargo, una luz de esperanza ha brillado con la noticia del rescate de una mujer que estuvo atrapada durante 60 horas debajo de los escombros del Hotel Gran Muralla, quien se encuentra estable tras su milagroso rescate.
"Los rescatistas han estado recuperando cadáveres de entre los escombros", comparte Federica Franco, coordinadora general de Médicos Sin Fronteras en Myanmar. "Por ahora tenemos un conteo de aproximadamente 1,000 muertos y más de 2,000 heridos solo en Mandalay, pero lamentablemente sabemos que estas cifras aumentarán. Hemos recibido imágenes y testimonios de escuelas, monasterios, viviendas, hospitales y edificios gubernamentales completamente arrasados, así como de cientos de personas desplazadas".
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado la tragedia como una emergencia de nivel máximo, solicitando urgentemente ocho millones de dólares (alrededor de 7.3 millones de euros) para intensificar las operaciones de socorro en las próximas cuatro semanas. Además, advierte que la gran cantidad de personas heridas corre un grave riesgo de infecciones debido a la saturación de la capacidad quirúrgica en el país.
"La OMS ha clasificado esta crisis como una emergencia de nivel 3, el más alto de su marco de respuesta", declaró la agencia de la ONU. "Los primeros análisis indican un alto número de víctimas y lesiones traumáticas que requieren atención médica urgente. La falta de electricidad y agua potable continua, lo que obstaculiza el acceso a servicios de salud y aumenta el riesgo de brotes de enfermedades transmitidas por agua y alimentos", agregó la OMS.
Por su parte, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha emitido una fuerte advertencia sobre el riesgo inminente de "crisis secundarias" debido a las altas temperaturas y la llegada de la temporada de monzones. Esta mayor red humanitaria del mundo también ha lanzado un plan de emergencia por más de 92 millones de euros para ayudar a las víctimas.
Myanmar, un país de aproximadamente 54 millones de habitantes, se encuentra en un estado de vulnerabilidad extrema. Con una de las economías más frágiles de Asia, el país ha estado inmerso en un conflicto civil desde el golpe de Estado de 2021 que instauró a la actual junta militar en el poder. Este conflicto ha causado el desplazamiento de 3.5 millones de personas y ha agudizado la pobreza y la inseguridad alimentaria.
Mientras la necesidad de intensificar las labores de emergencia aumenta tras el potente seísmo, la violencia no da tregua. El Gobierno de Unidad Nacional (NUG), que pretende ser la autoridad legítima en la semiclandestinidad, y la oficina de derechos humanos de la ONU han denunciado que el ejército birmano continúa bombardeando algunas de las localidades afectadas por el terremoto que están bajo control de milicias opositoras, con informes de que siete guerrilleros murieron en un ataque aéreo poco después del seísmo.
En Tailandia, donde también se han reportado muertes a raíz del terremoto, la atención se centra en un rascacielos en construcción en Bangkok que colapsó en el momento del temblor. Los rescatistas trabajan frenéticamente para encontrar a las 75 personas que se presume están atrapadas bajo las ruinas. El gobernador de la capital tailandesa, Chadchart Sittipunt, ha asegurado que no se rendirán, desafiando el tiempo que se aproxima para el hallazgo de supervivientes.
"La búsqueda continuará más allá de las 72 horas, porque en Turquía se han encontrado personas atrapadas durante una semana que han sobrevivido", enfatiza. Agregó que los escáneres han mostrado señales de vida en varios puntos y que los perros rastreadores intentan localizarlas. Hasta ahora, se han confirmado 19 muertes en Tailandia, con 12 de las víctimas siendo trabajadores que estaban construyendo el edificio, que iba a albergar las oficinas de la Auditoría del Estado.
El Gobierno tailandés ha iniciado una investigación para esclarecer las causas del colapso y verificar si el diseño del rascacielos cumplía con los estándares necesarios. Aunque se estima que unos 170 edificios en Bangkok sufrieron daños a causa del seísmo, este es el único que ha colapsado completamente. Funcionario del Ministerio de Industria, Pongpol Yodmuangcharoen, ha expresado preocupaciones sobre la calidad del acero utilizado en la construcción. Además, varios edificios en Bangkok han sido evacuados debido a reportes de vibraciones sospechosas.
La primera ministra tailandesa, Paetongtarn Shinawatra, ha esclarecido en redes sociales que las grietas que causaron las evacuaciones eran "preexistentes" y ha instado a las empresas a comunicar tales decisiones de manera clara, basándose en información verificada por fuentes oficiales. La primer ministra también aseguró que, según los científicos del Gobierno, las réplicas del terremoto en Myanmar "no tienen impacto en el territorio tailandés".