El 17 de noviembre de 2006, el mundo del fútbol se vistió de luto al despedir a Ferenc Puskas, quien falleció a los 79 años. Este legendario delantero húngaro dejó una huella imborrable en la historia del deporte, siendo considerado uno de los mejores atacantes de todos los tiempos.

Puskas llegó al Real Madrid en 1958, a la avanzada edad de 31 años, y se unió a un elenco de estrellas que incluía a Alfredo Di Stéfano, Francisco Gento y José "Paco" Kopa. Juntos transformaron al club en una potencia del fútbol mundial. Durante su tiempo en el club merengue, Puskas no solo demostró su excepcional capacidad goleadora, acumulando 242 goles en 262 partidos, sino que también fue una parte fundamental de una era dorada que culminó con la conquista de 3 Copas de Europa, 5 Ligas, 1 Copa Intercontinental y 1 Copa de España.

Uno de los momentos más memorables de su carrera se registró en la final de la quinta Copa de Europa en 1960, donde anotó cuatro goles en una espectacular victoria sobre el Eintracht de Frankfurt, estableciendo así un récord que perdura hasta el día de hoy.

La contribución de Puskas al fútbol ha sido reconocida de varias maneras, incluida la instalación de un busto en la Ciudad Real Madrid como homage a su legado. Además, la FIFA honra su nombre otorgando el Premio Puskas, un galardón que premia al autor del mejor gol del año. Este reconocimiento subraya que, a pesar de haber pasado dieciocho años desde su partida, la leyenda de Ferenc Puskas sigue viva en el corazón de los aficionados al fútbol alrededor del mundo. Hoy, recordamos su grandeza y su pasión por el juego, que aún inspira a futuras generaciones de futbolistas.