País

El doloroso dilema del PP: ¿Congreso en Valencia o un fiasco inminente?

2025-03-23

Autor: Ana

El Partido Popular Europeo (PPE) eligió Valencia como sede para su congreso que se celebrará a finales de abril de 2024. Inicialmente, esta decisión parecía acertada, dado que el PP tiene control en la ciudad y en la Generalitat Valenciana. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente tras las devastadoras inundaciones causadas por una DANA en la región, que han dejado más de 224 muertos y un presidente autónomo, Carlos Mazón, bajo la lupa por su falta de acción en el desastre.

En su publicación reciente, Brussels PlayBook calificó esta situación como un "doloroso dilema" para el PPE. Lo que se preveía como una celebración del poder del partido en una comunidad recuperada de las manos del PSOE, ahora se ha transformado en un riesgo de que el congreso se vea afectado por la crisis política en Valencia, alimentada por el polémico acuerdo de Mazón con la extrema derecha para los Presupuestos de 2025.

A medida que la presión aumentaba, Feijóo, líder del PP, sugirió la posibilidad de trasladar el congreso a Madrid, furtivamente justificando la decisión con motivos parlamentarios. Argumentó que se esperan votaciones en el Congreso que limitarían la capacidad de sus diputados para asistir al evento en Valencia. Sin embargo, el Congreso ha informado que su solicitud para cambiar la agenda no se hizo en el momento adecuado, dejando al PP en una situación incómoda.

A esto se añade la realidad de que reubicar todo el congreso desde Valencia a Madrid conllevaría significativos costos financieros. Al haber reservado ya el recinto y los hoteles con casi un año de antelación, cancelar esos contratos podría resultar en pérdidas económicas considerables para el partido. Los líderes del PPE desde Europa no se harían responsables de cubrir esos costos, poniendo al PP español en una encrucijada económica.

Finalmente, este jueves, Feijóo confirmó que el congreso permanecerá en Valencia. Sin embargo, su tono era de resignación y preocupación, aceptando el riesgo de que muchos dirigentes europeos podrían no contar con la delegación española en este evento crucial. "Ser anfitrión y no poder asistir es una anomalía", lamentó.

La elección de Valencia, que una vez simbolizaba la buena gestión del PP, ahora resuena como un recordatorio de la fragilidad política que enfrenta el partido y el impacto que las gestiones locales, tanto exitosas como desastrosas, pueden tener en un escenario europeo. Mientras se prepara el congreso, la atención se centra no solo en las promesas políticas, sino también en la capacidad del PP para manejar la crisis que azota su propia comunidad.