El Atlético de Madrid sigue acumulando frustraciones en LaLiga, ya que este pasado sábado encadenó su tercer partido sin lograr la victoria al empatar 1-1 contra el Espanyol en el RCDE Stadium. El equipo colchonero se adelantó gracias a un gol de César Azpilicueta en el minuto 38, pero vio cómo Javi Puado igualaba la contienda desde el punto de penalti en el minuto 71.

Este empate deja al Atlético en una situación complicada, alejándolo aún más de la pelea por el título. El Espanyol, por su parte, respira aliviado con este resultado ante uno de los equipos más fuertes de la competición, aunque también se va con un sabor agridulce al sentir que pudieron haber logrado más.

Desde el arranque, el Atlético mostró intenciones ofensivas, pero el dominio inicial no se tradujo en oportunidades claras. A los 2 minutos, el equipo visitante ya había anulado un gol de Llorente por fuera de juego, cortando así un posible impulso en su juego. Sin embargo, el encuentro pronto cayó en un ritmo monótono, con pocas llegadas y el Espanyol intentando contener a su rival.

En el minuto 38, Azpilicueta rompió la inercia con un espectacular disparo desde fuera del área que se coló en la escuadra, marcando su primer gol en LaLiga. A pesar de su alegría, el Espanyol se mostró descontento con el árbitro por una falta que reclamaron antes del gol, la cual no fue revisada por el VAR.

La tensión continuó en los minutos finales de la primera parte, donde Gallagher tuvo otra oportunidad para ampliar la ventaja. Ya en el tiempo añadido, el Espanyol pidió un penalti por una falta no señalada sobre Jofre Carreras, mostrando así su frustración con las decisiones arbitrales.

Tras el descanso, el Atlético quería retener su ventaja, pero se encontró con un Espanyol que lentamente comenzó a despertarse. Sin embargo, el tiempo parecía pasar sin oportunidades claras hasta que, en el minuto 69, una falta de Lenglet sobre Cabrera resultó en un penalti a favor de los locales. Javi Puado, con gran precisión, ejecutó la pena máxima y colocó el balón en la escuadra, dejando a Oblak sin opciones.

A partir de ahí, el Atlético intentó reaccionar, pero se vio frustrado por la sólida defensa del Espanyol y sus propios errores en la finalización. A pesar de tener más recursos en la plantilla, sus intentos de inquietar a Joan García fueron escasos y poco efectivos, reflejando la falta de puntería que ha marcado su temporada hasta ahora.

Este empate podría ser un punto de inflexión para ambos equipos. Mientras el Espanyol se aferra a la esperanza de salir de los puestos peligrosos, el Atlético se enfrenta a la dura realidad de su inconsistencia y la necesidad urgente de encontrar su mejor forma si aspiran a mantener alguna opción en la lucha por el título de La Liga.