En un giro inesperado que ha dejado al Gobierno español tambaleándose, mientras Pedro Sánchez se encuentra en Bruselas tratando de convencer a la Comisión Europea sobre el aumento del gasto en defensa, su socio de coalición, Sumar, ha decidido alinearse con los sectores más radicales de la izquierda. No solo han rechazado el incremento de la inversión en seguridad, sino que también han exigido la salida de España de la OTAN.

Mientras la alianza atlántica está en alerta por una posible reevaluación de relaciones en Estados Unidos, con negociaciones de paz en Ucrania que dejan dudas sobre el compromiso americano con Europa, se ha escuchado la voz del BNG que pide la salida de España de la OTAN. Este reclamo ha encontrado respaldo en Sumar, donde Izquierda Unida ha hecho presión efectiva para abrazar esta posición. También se han sumado a esta propuesta partidos como Bildu y Podemos. En cambio, ERC ha optado por una postura más pragmática y se ha abstenido en la votación.

La votación también ha abordado la propuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de establecer un fondo de 800.000 millones de euros para la defensa comunitaria y la adquisición de armamento. Mientras Sánchez intenta asegurar que la Unión Europea asuma la responsabilidad de alcanzar un gasto del dos por ciento del PIB en defensa, Sumar se mantiene firme en su oposición a cualquier movilización económica a nivel europeo.

Este enfrentamiento pone en riesgo no solo la estabilidad del Gobierno de coalición, sino también la posición de España en un contexto geopolítico cada vez más complejo y desafiante. ¿Qué implicaciones tiene esto para la seguridad nacional y para las relaciones de España con sus aliados europeos? Las respuestas podrían resonar mucho más allá de nuestras fronteras y cambiar el curso de nuestra política de defensa para siempre.

(INFORMACIÓN EN ELABORACIÓN)