País

¡El Misterio de los Tres Huevos del Cristo de Burgos Revelado!

2024-11-25

Autor: Carmen

La insólita presencia de tres huevos a los pies del Cristo de Burgos despierta la curiosidad de miles de visitantes. Según la leyenda, estos huevos provienen de ofrendas feitas por mercaderes burgaleses que, durante sus expediciones a América en la Baja Edad Media y comienzo de la Edad Moderna, decidieron rendir homenaje a esta venerada imagen.

Este Cristo, una talla de estilo flamenco cuyo autor permanece en el anonimato, es conocido no solo por su belleza, sino por algunos detalles únicos. Se le ha dotado de pelo y uñas naturales, utilizando astas de diversos animales, mientras que su cuerpo está recubierto con piel de becerro, lo que resalta su realismo característica de las representaciones catequéticas de la época.

Además, la figura está articulada en cuello, brazos y piernas, y está dotada de un interior sorprendente: una calabaza hueca que, según diversas teorías, podía llenarse de vino para simular el milagro de la transubstanciación, vertiendo el líquido desde su costado traspasado por la lanza.

Una Historia Envuelta en Misticismo

Documentos antiguos nos revelan que esta imagen llegó a España en un barco, y que su baúl fue rescatado de una tormenta que amenazaba con hundirlo y llevado a Burgos. Desde su llegada, el Cristo de Burgos fue objeto de devoción, especialmente por parte de la comunidad agustiniana, lo que ayudó a que su fama se propagara e incluso llegara a Sevilla.

En 1574, el artista Juan Bautista Vázquez 'El Viejo' creó una copia fiel para la capilla de San Pedro, respetando las características del original, incluyendo el pelo natural y faldellín. Sin embargo, durante el siglo XIX, la imagen fue modificada por Manuel Gutiérrez Reyes Cano, quien reemplazó el sudario y eliminó el pelo.

Para celebrar sus 450 años de historia, la hermandad que cuida del Cristo ha decidido recrear la antigua estampa ante el altar mayor de San Pedro, reviviendo aquellos tiempos pasados y rindiendo homenaje a su legado con el enigmático símbolo de los tres huevos a sus pies. Este acontecimiento no solo revive tradiciones, sino que también nos invita a reflexionar sobre la importancia cultural y espiritual de esta obra maestra del arte religioso en Burgos.