"Llámame luego, que estoy dando de comer a mis hijos y no puedo estar a todo". Esas son las palabras de Jonatan Valle, nacido en Santander en 1984, quien ahora vive alejado del mundo del fútbol. Aunque se encuentra alejado de la competición profesional, mantiene un vínculo especial con Andrés Iniesta, el astro del fútbol español que recientemente anunció su retirada definitiva. Ambos fueron protagonistas de un emocionante capítulo en el torneo Brunete de 1996, donde el Racing de Santander de Valle logró la victoria frente al Albacete de Iniesta.

La competencia entre ambos futbolistas jóvenes fue un presagio de lo que vendría para sus carreras. Recordando aquel torneo, Jonatan señala que fue un punto de inflexión: "Gracias a aquel torneo se nos empezó a mirar de otra manera, porque a Andrés lo ficha el Barça y a mí, el Racing me empezó a ayudar económicamente y también personalmente... Fue un poco el inicio de todo". Sin embargo, hay algo que lo distingue: Jonatan no se convierte en el MVP a pesar de su destacado rendimiento, y eso le ha llevado a reflexionar sobre su trayectoria.

A lo largo de su carrera, Valle pasó por múltiples equipos como el Málaga, la Ponferradina y el Lugo, incluso tuvo una experiencia en el extranjero con el Rubin Kazán en Rusia. A pesar de que las expectativas para su carrera eran altas tras el torneo Brunete, él ha aprendido a apreciar su propio camino: "Es fútbol... A Iniesta le ha ido muy bien, pero yo también cumplí mi sueño, que era jugar con el Racing de Santander en Primera, y he sido profesional muchos años".

Jonatan, quien se enorgullece de haber formado parte de las categorías inferiores de la selección española, admite que aunque hubiera deseado alcanzar la grandeza de Iniesta, su propio recorrido es valioso. Sin embargo, reconoce que una serie de decisiones erróneas lo llevaron a una inestabilidad que complicó su permanencia en el fútbol. "Estuvo todo más que contado", dice, reservándose los detalles sobre sus experiencias menos agradables.

Mientras Iniesta deslumbraba en el escenario mundial con la selección española, Jonatan luchaba por encontrar un lugar en el fútbol, alternando pruebas en clubes y formaciones. Después de su retiro, se aventuró en campos como el boxeo y la hostelería, aunque con poco éxito. Hoy, encuentra satisfacción en su papel de padre, llevando y trayendo a sus hijos. "Hago de taxista para mis hijos. Disfruto mucho de ellos", comparte con una sonrisa. Aunque sabe que no alcanzó algunas de las metas que le deseaba, ha dejado atrás esa presión y ahora valora más la simple felicidad que su actual vida familiar le proporciona. Su historia es un recordatorio de que, a pesar de las expectativas, cada camino tiene su propia valía. ¿Qué lecciones aprenderán otros jóvenes futbolistas de esta experiencia? ¡Descúbrelo pronto!