El Parlament de Catalunya ha tomado una decisión histórica al rechazar el referéndum sobre la independencia, marcando el fin de una década de demandas en favor de la autodeterminación. Desde 2012, se debatieron y aprobaron mociones a favor de este referéndum en numerosas ocasiones, construyendo un consenso político que superó incluso el apoyo de los partidos independentistas en algunos momentos.

Sin embargo, en una sesión crítica celebrada recientemente, la mayoría formada por el PSC, PP y Vox se ha decidido a rechazar todas las resoluciones soberanistas, dejando claro que el movimiento independentista es ya un elemento del pasado. Entre las propuestas rechazadas se encontraba la de Junts, que insistía en el derecho a la autodeterminación, así como la de ERC, que abogaba por un referéndum pactado. La CUP también sufrió un revés, con la rechazo de su propuesta por una "ruptura democrática".

La situación fue tan alarmante para el discurso independentista que, por primera vez, el pleno del Parlament anuló la declaración de independencia del 27 de octubre de 2017. Este acto simbólico, que nunca había sido censurado formalmente, fue presentado por la ultra Aliançà Catalana, lo que provocó un gran impacto en los sectores favorables al proceso. La portavoz de Junts, Mònica Sales, expresó su incredulidad ante esta decisión.

Además, una propuesta conjunta de los independentistas que denunciaba la "rebeldía" de los jueces ante la ley de amnistía también quedó en el aire, con el PSC distanciándose de los soberanistas. Esto, sin embargo, fue contrarrestado por una propuesta más moderada de los Comuns, que demandaba la aplicación inmediata de la ley.

El Parlament no solo se ha manifestado en contra del referéndum, sino que ha creado un nuevo escenario político en el que la entente entre PSC, ERC y Comuns ha ganado fuerza, permitiendo la investidura de Salvador Illa. En concreto, se ha acordado una financiación "singular" para Catalunya, que fue un requisito de Esquerra para negociar el presupuesto.

Finalmente, el PSC también se manifestó en contra de una propuesta de concierto fiscal impulsada por Junts, aunque esta no contenía elementos que contradijeran las ideas de ERC. A pesar de la nueva realidad política que se presenta, algunas voces dentro del movimiento independentista insisten en que la lucha por la independencia seguirá viva, aunque de forma diferente. ¿Qué vendrá a continuación para Catalunya? La incertidumbre reina.