En los últimos cinco años, la industria global ha estado atrapada en un ciclo de escasez y precios exorbitantes del litio y el cobalto, dos minerales cruciales para la producción de baterías de iones de litio. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente, y las alarmas iniciales han dado paso a nuevas inquietudes.

¡Prepárense para la noticia que está sacudiendo el mercado! El costo de las baterías está cayendo a niveles inimaginables. Esto es gracias a que China ha incrementado de forma increíble su producción de litio y cobalto, redefiniendo así, en solitario, la cadena de suministro de estos materiales esenciales para vehículos eléctricos y almacenamiento de energía renovable.

Si bien esta caída de precios beneficia a las empresas que dependen de baterías, la creciente dominación del mercado por parte de China podría dar al traste con la competencia occidental y plantea serios riesgos a largo plazo para la cadena de suministro y para la transición hacia energías más limpias.

Las cifras no mienten.

Desde su pico en 2022, los precios del cobalto y el litio han sufrido un desplome de más del 75%.

- **Cobalto:** Este material, considerado el más escaso y costoso en la producción de baterías, ha visto su precio desplomarse de 80 dólares por kilogramo en 2022 a aproximadamente 25 dólares, el precio más bajo en dos décadas.

- **Litio:** Conocido como el "petróleo del siglo XXI", su costo ha caído de casi 70 dólares por kilogramo a solo 11 dólares, la cifra más baja desde el inicio de la pandemia.

El dominio chino es innegable.

China no solo ha aumentado su producción, sino que controla prácticamente la cadena de suministro de baterías global. Sin embargo, la extracción de estos minerales no ocurre dentro de sus fronteras. El país depende de recursos de Australia, Chile, Bolivia y Argentina, donde se extrae el litio, mientras que el cobalto proviene principalmente de la República Democrática del Congo, donde empresas chinas como CMOC Group han invertido agresivamente. En cinco años, su producción ha aumentado desmesuradamente, de 15,000 toneladas a más de 100,000 toneladas en la actualidad.

Una estrategia que ya conocemos.

Esta táctica de inversión pública no es nueva; se ha utilizado con éxito en el sector del silicio y paneles solares. El resultado podría ser una aceleración en la adopción de vehículos eléctricos y sistemas de energía renovable. Esto es vital para ofrecer flexibilidad a las redes eléctricas y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

Sin embargo, la baja en los precios también representa un desafío para las empresas mineras de otros países, dificultando su rentabilidad y desalentando la inversión en nuevas fuentes de minería. Al paso que vamos, se estima que China controlará un tercio del mercado mundial de litio para 2025.

Por último, el descenso en los precios del cobalto está llevando a los fabricantes a utilizarlo de manera más agresiva en sus baterías. Los altos precios previamente habían incentivado la búsqueda de materiales más sostenibles, pero ahora la economía parece estar desincentivando esa búsqueda. ¡El futuro de las baterías y la industria automotriz podría depender de cómo se desarrollen estos eventos!