La pandemia ha transformado radicalmente la economía española, llevando a un fenómeno inesperado: un notable auge en el ahorro. Esta tendencia es aún más sorprendente dada la tradición de gasto que ha marcado a las familias en el país. En los primeros años del siglo XXI, el mercado inmobiliario atrajo inversiones masivas, pero la crisis provocada por el aumento del desempleo obligó a muchos a restringir sus gastos.

Recentes datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y Eurostat indican que la tasa de ahorro en las familias españolas se ha elevado al 13% de su renta disponible bruta durante el segundo trimestre de 2023. Esto representa un aumento significativo de cinco puntos comparado con el periodo anterior a la pandemia. España lidera en la eurozona este crecimiento de la tasa de ahorro, superando a otros países en pérdidas económicas.

Entre los factores que impulsan esta tendencia, destaca el incremento de los tipos de interés oficiales del Banco Central Europeo (BCE). A pesar de que esto ha encarecido las hipotecas, también ha incentivado el ahorro al ofrecer mejores rendimientos. Como señala Manuel Hidalgo, profesor de economía, “la rentabilidad en depósitos y Letras del Tesoro ha hecho que ahorrar sea más atractivo que nunca.”

Sin embargo, este aumento del ahorro no es uniforme a través de todo el espectro socioeconómico. Un análisis reciente del Banco de España revela que el 50% del aumento en la tasa de ahorro proviene del 25% de las familias con ingresos más altos. Por otro lado, las familias de ingresos más bajos apenas han visto cambios en sus niveles de ahorro, ya que deben dedicar la mayor parte de sus ingresos a cubrir necesidades básicas.

En este contexto, las familias de mayores ingresos se benefician de mayor estabilidad financiera, lo que les permite ahorrar más fácilmente. Por el contrario, la inflación ha impactado severamente a los hogares de ingresos bajos, quienes enfrentan un drástico aumento en los precios de productos esenciales como alimentos y energía.

Asimismo, un dato interesante es el aumento en la llegada de trabajadores inmigrantes a España, quienes tienden a ahorrar más debido a que envían remesas a sus países de origen. Según Javier Ferri, experto en economía, más del 30% de estas remesas se ha incrementado desde 2019.

La imposibilidad de comprar vivienda ha contribuido a que muchas familias acumulen ahorro en lugar de invertir en propiedades. Mientras que durante la burbuja inmobiliaria las familias dedicaban un 16% de su renta disponible a inversión, este porcentaje ha caído a un preocupante 6,8% en la actualidad.

Mirando hacia el futuro, se plantea la duda de si esta tendencia al ahorro es sostenible a largo plazo o si forma parte de un ciclo temporal. Con el envejecimiento de la población y un potencial aumento de la inmigración laboral, los expertos sugieren que España podría adaptarse a un nuevo paradigma de ahorro elevado.

Sin embargo, el ahorro excesivo puede tener repercusiones negativas. Si los hogares limitan su consumo y no invierten, el crecimiento económico podría estancarse. Manuel Hidalgo advierte que un país con un elevado nivel de ahorro sin incentivos para invertir corre el riesgo de ver una reducción en su crecimiento económico. ¿Está España a las puertas de una era de ahorro en la que las familias simplemente guardan su dinero sin aportar a la economía? ¡Solo el tiempo lo dirá!