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El temor que alteró a Ana Peleteiro en la final olímpica: "Una lesión podría alejarme del atletismo"

2024-10-09

Autor: Antonio

El 1 de diciembre en el Stade de France fue un día complicado tanto para Ana Peleteiro como para todos los competidores que luchaban por las medallas. La atmósfera oscura y húmeda le robó a la gallega sus mejores oportunidades en un evento crucial. En medios especializados como Relevo, ya habían señalado que su equipo, junto a su entonces entrenador Iván Pedroso, se dio cuenta de que necesitaban un cambio drástico en su enfoque y esperar a que la suerte jugara a su favor, algo que finalmente no ocurrió. Peleteiro, quien había conquistado el campeonato europeo solo unas semanas antes, terminó en una decepcionante sexta posición.

La atleta confesó en el podcast de Vicky Martín Berrocal que "me daba miedo lesionarme" en el momento crítico de su tercer salto, justo cuando la lluvia se intensificaba. A pesar de haber alcanzado los 14,55 metros en su primer intento, un mal apoyo en el segundo salto la relegó a un modesto 13,73 metros. Cada intento previo a su esperado mejor salto complicó aún más su situación, dejándola fuera del podio, mientras sus rivales se mostraban implacables.

Sin embargo, Peleteiro fue una de las pocas finalistas que logró mejorar su marca con un salto de 14,59 metros, justo en medio de la tormenta, acompañada por la cubana Povea. "Soy una competidora que suele saltar mejor hacia el final de la competencia. Observa mi trayectoria, mis saltos más destacados siempre son en los intentos cuarto o quinto. Me caliento como un motor diésel", comentó la triplista, quien se ha establecido en Ribeira después de separarse de Pedroso.

Aunque logró mejorar su marca en ocho centímetros, las condiciones eran adversas, y con cada salto crecía en su mente el temor a una posible lesión: "Si aquí me rompo un tendón de Aquiles o un isquiotibial por resbalar, sería devastador", reflexionó, consciente del riesgo que suponía la pista resbaladiza. Este pensamiento la llevó a cuestionarse su futuro: "Me imagino a los 28 años, con una hija y una lesión que me aparta por dos años, tal vez tendría que poner el atletismo en pausa temporalmente, tener otro hijo y cambiar mis prioridades".

Entre la maternidad y una exitosa carrera, sus decisiones han influido en su trayectoria deportiva. Ana ha declarado que nunca ha priorizado el deporte como lo más importante en su vida. Esta perspectiva fue un factor clave en su reciente cambio, regresando al pueblo donde creció y encontrando un ambiente que sanó sus heridas, muchas de ellas provocadas por la toxicidad de las redes sociales después de su actuación en París.

El miedo a la lesión y sus posibles consecuencias hizo que su mentalidad se tornara conservadora, evitando arriesgarse por una medalla que estaba a su alcance con una marca de 14,67 metros, lograda por la estadounidense Moore, algo que en otras circunstancias podría haber sido completamente viable para la gallega. Frente a un contexto de presión y riesgo, Ana reflexionó: "Cualquier cosa que sucediera me alejaría de mi objetivo de alcanzar el máximo nivel".

Para quienes presenciaron su participación y conocen su estilo de competición, solo queda imaginar qué podría haber sucedido sin la inesperada lluvia. Con lecciones aprendidas y un futuro incierto, Peleteiro espera con ansias la oportunidad de luchar por su segunda medalla olímpica en Los Ángeles 2028. ¿Podrá superar sus miedos y alcanzar el oro?