La semana pasada, el mundo del hardware se sacudió cuando Alternate lanzó a la venta una serie de tarjetas gráficas RTX 5090 de segunda mano con una sorprendente característica: venían con menos ROP (Raster Operations Pipelines) de lo habitual y, a pesar de esto, se ofrecían al mismo precio que los modelos nuevos. Esta situación ha provocado una ola de indignación entre los consumidores, quienes ya están cansados de las irregularidades en el mercado de componentes de PC.

Ante el revuelo generado, Alternate ha emitido una breve declaración que, lejos de ser una disculpa sincera, simplemente trata de enmarcar el incidente como un error administrativo. Lo que muchos se preguntan es si realmente se trató de un error o si hubo una falta de transparencia intencionada por parte de la compañía. En su comunicación, la tienda argumenta que "hemos retirado de la venta la tarjeta gráfica en cuestión. No se trató en ningún caso de mala intención ni de engaño". Sin embargo, esta reacción ha dejado a más de uno con una sensación de inquietud por la falta de explicaciones claras.

Es importante destacar que las RTX 5090 en cuestión provenían de devoluciones de usuarios que se dieron cuenta del defecto: solo contaban con 168 ROP en lugar de los 176 ROP que deberían tener. Esto, según la propia NVIDIA, afecta aproximadamente al 4% de las GPU entregadas a los ensambladores. Pero la gran pregunta que queda sin respuesta es: ¿cómo se permitió que estas tarjetas defectuosas se pusieran a la venta a precio completo?

Además, dado que estos modelos pasaron por un proceso de devolución supuestamente controlado manualmente, surge la curiosidad por saber cómo fue posible que la descripción del producto no reflejara la falta de ROP. Aunque Alternate ha indicado que "algunos procesos internos se ejecutan automáticamente", esto no explica por qué no se realizó una revisión más exhaustiva.

La controversia no termina ahí. Un hecho alarmante es que, a pesar de ser un modelo defectuoso, las RTX 5090 se vendían al mismo precio que las nuevas. Este tipo de prácticas podrían ser consideradas engañosas y socavan la confianza del consumidor en el comercio en línea, especialmente en un momento donde la situación del mercado de hardware ya es crítica.

A medida que los consumidores exigen una mayor rendición de cuentas, el escándalo de Alternate podría ser solo la punta del iceberg en una serie de irregularidades en la industria de las tarjetas gráficas. Sin duda, la falta de transparencia y el manejo cuestionable de la información podrían traer serias repercusiones para la reputación de la compañía. ¿Aprenderán de este error o continuarán ignorando las preocupaciones de sus clientes? Esto es algo que tendremos que seguir de cerca.