El ajedrecista ucraniano Kirill Shevchenko ha causado revuelo en el mundo del ajedrez tras ser expulsado del Campeonato de España después de solo dos rondas. La razón: fue sorprendido utilizando su teléfono móvil en el baño durante las partidas, lo que infringe gravemente las estrictas normas que prohíben el uso de dispositivos electrónicos en torneos oficiales.

Los problemas comenzaron durante su enfrentamiento contra el reconocido español Paco Vallejo, cinco veces campeón nacional. Vallejo notó que Shevchenko pasaba cantidades inusuales de tiempo en el baño y decidió alertar a los jueces. Tras una rápida investigación, se encontraron dispositivos móviles en las instalaciones, confirmando así las irregularidades y disparando las alarmas entre los organizadores del campeonato.

Shevchenko no fue el único que levantó sospechas. El jugador español José Carlos Ibarra también presentó una queja oficial tras recibir un aviso de su compañero Amin Bassem, quien reportó que su rival se ausentó repetidamente durante su partida en la primera ronda. Esta acumulación de evidencias llevó al comité organizador a actuar con rapidez para mantener la integridad del torneo.

El lunes, el comité de competición tomó la decisión de expulsar a Shevchenko y le otorgó el resultado de dos derrotas en las partidas que había jugado hasta ese momento. A pesar de que el ajedrecista se defendió negando las acusaciones, su reputación ya se encontraba en la cuerda floja. Finalmente, decidió retirarse del torneo, devolviendo además el dinero que había recibido por su participación en Melilla, lo que demuestra la seriedad de la situación.

El contexto del escándalo es aún más alarmante. Shevchenko, un talentoso joven de 22 años que actualmente representa a Rumanía en torneos internacionales, ha sido objeto de un intenso escrutinio después de que se descubriera un extraño comportamiento en el baño, donde, según testigos, permanecía durante períodos excesivos. Aunque en un inicio no se hallaron pruebas contundentes, el hallazgo de un móvil y una nota sospechosa en las instalaciones complicaron aún más su situación. Los árbitros decidieron comparar la escritura de la nota con las planillas de jugadas, lo que incrementó las dudas sobre la legalidad de su juego.

Este incidente ha desatado un debate sobre la necesidad de adoptar medidas más estrictas y tecnologías de supervisión en los torneos de ajedrez, para evitar casos de trampa y mantener la pureza de este deporte milenario. La comunidad ajedrecística se pregunta: ¿podría este escándalo marcar un antes y un después en la regulación de torneos? Las sospechas han quedado sembradas, y la atención ahora se centra en las futuras competiciones.