El escándalo ha estallado en el mundo del baloncesto español tras la acusación de agresión sexual contra el exseleccionador sub-17 femenino, Mario López. En diciembre de 2023, se hizo pública la investigación en la que se le señala por haber agredido sexualmente a una de sus jugadoras, quien apenas había cumplido 13 años en ese momento. Esta situación llevó a su despido inmediato del club Lointek Gernika, donde se desempeñaba como director deportivo.

La Fiscalía ha solicitado 14 años de prisión para López, calificando los hechos como un delito continuado de agresión sexual que tuvo lugar entre 1998 y 2001. Según el informe fiscal al que ha tenido acceso Relevo, se indica que López se aprovechó de la situación vulnerable de la menor debido a la falta de supervisión parental, buscando aprovechar momentos a solas con ella para mantener relaciones sexuales.

El documento relata cómo López invitaba a la víctima a partidos de baloncesto en su casa, donde comenzaba a realizar tocamientos inapropiados. A pesar de que la menor lloraba y él prometía que no volvería a ocurrir, las agresiones continuaron y se intensificaron, generando un clima de temor en la joven.

Además, la Fiscalía ha expuesto que el exentrenador ejercía una presión psicológica desmedida sobre la menor durante los entrenamientos, instándola a tener contacto diario con él bajo pretextos relacionados con su formación deportiva. Se reveló que utilizaba cualquier ocasión, incluso viajes, para llevarla a su hogar o encontrarse a solas con ella, donde cometía actos de abuso sexual que culminaron en penetración anal en julio de 1999.

A raíz de este trauma, la víctima ha sido diagnosticada con trastorno por estrés postraumático y ha requerido atención psiquiátrica y psicológica. Por estas graves acusaciones, la Fiscalía también solicita una orden de alejamiento de 10 años y una indemnización de 20,000 euros a favor de la víctima.

El Gernika, en su defensa, ha declarado que no tenía conocimiento de la investigación hasta que fue hecha pública, una postura que también ha adoptado la Federación Española de Baloncesto (FEB). En medio de este oscuro capítulo, la comunidad del baloncesto se cuestiona qué otros secretos pueden estar ocultos bajo la superficie.