Manu González ha logrado su primer triunfo en el Mundial de Moto2 en el Gran Premio de Japón, celebrado este último fin de semana en el circuito de Motegi. La carrera fue marcada por la inesperada lluvia, pero el joven piloto español demostró valentía y habilidad, subiendo por primera vez al podio en la cima. Su alegría, sin duda, era palpable. Sin embargo, lo que debería haber sido una celebración se ha convertido en un escándalo debido a un acto controvertido.

Mientras se preparaba para la carrera, el madrileño decidió lucir un 'hachimaki', una tradicional banda japonesa. Esta cinta, que cuenta con un círculo rojo sobre un fondo blanco, también llevaba inscrito el significado de 'número 1', que fue lo que finalmente se convirtió al cruzar la meta. Sin embargo, este gesto, que pretendía ser un homenaje a la cultura nipona, desató la ira del patrocinador chino del equipo, QJMOTOR, quien ha exigido el despido inmediato de González.

La controversia radica en que el 'hachimaki' está asociado a épocas turbulentas de la historia japonesa que son vistas con desdén en otros países de Asia. En particular, su simbolismo está relacionado con el período entre las dos guerras mundiales, donde Japón invadió regiones como Manchuria y participó activamente en la Segunda Guerra Sino-Japonesa, causando severas atrocidades. Por tanto, este gesto ha sido interpretado como una provocación en un contexto político ya sensible.

Reacción del patrocinador

El patrocinador QIANJIANG MOTORCYCLE no tardó en emitir un comunicado tras la carrera. "Después de observar las imágenes del piloto en Motegi, iniciamos negociaciones urgentes con su equipo, Gresini. Exigimos que se eliminen cualquier imagen o video relacionado y que la cooperación con el piloto se termine de inmediato", afirmaron. Este no es un simple reproche; buscan la desvinculación total del piloto por lo que consideran un acto ofensivo.

Las redes sociales se han hecho eco rápidamente de la noticia, y muchos fans del motociclismo han expresado su sorpresa e indignación por esta situación. Algunos defienden que González jamás tuvo la intención de ofender y que su acto debía ser visto como un homenaje a Japón, mientras que otros abogan por la severidad de la respuesta de QJMOTOR.

Así, el futuro de Manu González en el equipo Gresini se encuentra en la cuerda floja, un desenlace incierto que se suma al drama de una emocionante temporada de Moto2.