El régimen de Nicolás Maduro ha desatado una ola de represión sin precedentes, sextuplicando el número de presos políticos desde las controversiales elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela. Este resultado electoral ha despertado la furia de la oposición y ha provocado la condena de varios sectores de la comunidad internacional.

El alarmante aumento en las detenciones, especialmente durante las protestas contra el régimen chavista, ha sido documentado por la ONG Foro Penal. Según sus informes, en tan solo dos meses después de las elecciones, el número de ciudadanos arrestados por motivos políticos ha aumentado de 301 a sorprendentes 1.905 personas.

Estas escalofriantes cifras colocan a Venezuela en una posición preocupante, superando a otros países latinoamericanos con regímenes autoritarios como Cuba y Nicaragua, como señala el diario español ‘El País’. En comparación, Cuba reporta alrededor de 1.100 presos políticos, mientras que en Nicaragua las cifras son aún más preocupantes, con aproximadamente 50 detenidos.

La ONG ha calificado la cifra actual de 1.905 presos políticos en Venezuela como la más alta en 25 años de revolución bolivariana, un fenómeno que podría ser el más alarmante en varias décadas. De estos detenidos, 1.669 son hombres y 236 mujeres. Es notable que la mayoría de los arrestados, un total de 1.746, son civiles, mientras que 159 son miembros de la Fuerza Armada Nacional (FAN). Además, entre los detenidos se encuentran 67 adolescentes, con edades que oscilan entre los 14 y 17 años, destacando la brutalidad del régimen contra los jóvenes.

La situación actual en Venezuela no solo llama a la reflexión sobre los derechos humanos en el país, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro democrático de la nación y el papel de la comunidad internacional en la defensa de estos derechos.