Introducción

El nuevo impuesto a la banca, alcanzado por el Gobierno y sus aliados parlamentarios, promete aumentar significativamente la carga fiscal sobre los principales bancos del país, con un monto total de 1.720 millones de euros que deberán pagar en este ejercicio, según un informe de BNP Paribas. Esta cantidad representa un incremento del 15% en comparación con los 1.488 millones que se recaudaron en 2023 de gigantes como Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja.

Diseño del Impuesto

El diseño de este impuesto es progresivo, lo que significa que las tasas se aplican según la facturación de cada institución. Las entidades con ingresos de hasta 750 millones de euros pagarán un 1%; entre 750 millones y 1.500 millones, un 3.5%; de 1.500 millones a 3.000 millones, un 4.8%; hasta 5.000 millones, un 6%; y para aquellas que superen los 5.000 millones, un devastador 7%. Bajo este nuevo esquema, CaixaBank, que el año pasado obtuvo ingresos en España de 12.407 millones, se convierte en el más afectado, teniendo que pagar 617 millones en lugar de los 493 millones del esquema anterior.

Reacciones de los Bancos

Gonzalo Gortázar, CEO de CaixaBank, expresó su preocupación durante la presentación de resultados del tercer trimestre: “Este impuesto consagra una discriminación entre entidades. Aunque creo en la progresividad para las personas físicas, no entiendo cómo se aplica a las entidades jurídicas. Es como si estuviera destinado a ser una 'tasa CaixaBank'.”

En el caso del Banco Santander, que generó 9.240 millones de euros entre márgenes de intereses y comisiones el año pasado, está previsto que su factura fiscal aumente un 31% en 2024, pasando de 335 millones a 439 millones, con ingresos que se estiman en 10.184 millones.

Otro de los grandes perdedores será BBVA, que también superará el umbral de los 5.000 millones, con una proyección de facturación de 8.774 millones. El banco, bajo la presidencia de Carlos Torres, verá incrementado su pago de 285 millones a 367 millones. Además, se enfrenta a un desafío adicional en sus planes de adquisición del Sabadell, ya que el banco catalán no está sujeto a la misma presión fiscal debido a su menor volumen de negocio. Sin embargo, si la fusión marcha como se espera, a la nueva entidad le tocaría una factura fiscal mucho más alta debido a la suma de sus actividades.

El director financiero de Sabadell, Sergio Palavecino, comunicó que prevén pagar alrededor de 30 millones menos este año bajo el nuevo régimen, aunque aún no tienen el cálculo final. Manifestó su descontento, diciendo: “Me siento un poco avergonzado como ciudadano español por esta confusión”. En 2023, Sabadell pagó 203 millones, mientras que las proyecciones apuntan a que pagará 173 millones en el ejercicio actual.

Por último, los bancos más pequeños, Bankinter y Unicaja, ambas con facturaciones inferiores a 3.000 millones, se beneficiarán del cambio, con pagos previstos de 80 y 44 millones, respectivamente, después de haber abonado cifras significativamente mayores en 2023 debido a auditaciones de Hacienda.

Conclusiones

Esta reestructuración del impuesto muestra cómo los cambios en las políticas fiscales pueden afectar a distintas entidades de manera desproporcionada y genera un gran debate sobre la equidad en el sistema tributario.