Fallece Celeste Caeiro, la camarera que se convirtió en el símbolo de la Revolución de los Claveles
2024-11-16
Autor: Antonio
Celeste Caeiro, la emblemática camarera que sin saberlo dio un nombre a la Revolución de los Claveles hace 50 años, falleció el pasado viernes en el hospital de Leiria, Portugal, a los 91 años, debido a una insuficiencia respiratoria. A lo largo de su vida, Caeiro enfrentó numerosas dificultades, sobreviviendo con una pensión mínima que la llevó a vivir en la precariedad, una constante que conoció desde su juventud como madre soltera.
A pesar de su papel crucial en la historia portuguesa, Celeste nunca recibió un homenaje oficial en vida. Recientemente, el Ayuntamiento de Lisboa había aprobado un homenaje, que consistía en la creación de un espacio en su memoria, algo que lamentablemente no pudo presenciar. La única distinción que recibió fue la medalla de honor de Lisboa, concedida póstumamente.
El icónico momento ocurrido el 25 de abril de 1974, cuando Caeiro repartió claveles a soldados que estaban en medio de un levantamiento pacífico contra la dictadura, se ha convertido en un símbolo perdurable de la Revolución de los Claveles, reconocida por su movimiento pacífico. Su acción, un gesto simple pero potente, encarnó la esperanza de un cambio necesario para el pueblo portugués, que había soportado 48 años de opresión. La historia de Celeste ha sido documentada en el reciente filme "Celeste dos Cravos", lanzado este año para conmemorar el 50 aniversario de la revolución.
Caeiro trabajaba en el restaurante Franjinhas en Lisboa, donde el día del golpe de Estado celebraban su primer aniversario. Aunque estaba listo para abrir, los acontecimientos en la ciudad hicieron que el propietario cancelara las operaciones. Caeiro, regresando a casa con un manojo de claveles que iban a ser repartidos entre los clientes, se encontró con soldados en la Plaza del Rossio, quienes estaban en movimiento hacia el cuartel de Carmo para capturar al dictador Marcelo Caetano. En un acto espontáneo de solidaridad, Caeiro les ofreció un clavel, que se convirtió en el símbolo de la paz y la lucha por la libertad.
En una manifestación reciente en Lisboa que celebró el 50 aniversario de la revolución, Celeste volvió a repartir claveles, esta vez desde una silla de ruedas, empujada por su nieta. La multitud que asistió quedó conmovida al ver a la mujer que simbolizó la libertad, y muchos se unieron a su alrededor para recordar el día que marcó el fin de la dictadura. Celeste también disfrutó recientemente de un partido de su amado club, el Sporting, y recibió nuevos audífonos gracias a una campaña en redes sociales impulsada por su familia.
A pesar de su dura vida, su familia recuerda a Celeste por su resiliencia y espíritu inquebrantable. "Siempre te arremangaste y superaste todo lo que la vida te puso por delante", afirmó su nieta. Su legado vivirá no solo en la historia portuguesa, sino en los corazones de aquellos que lucharon y argumentaron por un futuro mejor.