El reconocido actor Val Kilmer ha fallecido a los 65 años, dejando un legado imborrable en la historia del cine. Su última gran actuación fue en Top Gun: Maverick (2022), donde retomó el papel del emblemático piloto Iceman Kazansky, enfrentándose a la leyenda de Tom Cruise, tal como lo hizo en la película original de 1986. En esta secuela, su personaje, ya retirado del pilotaje, aportó una profunda carga emocional y una resiliencia que sorprendió a muchos, especialmente tras superar una batalla contra el cáncer de garganta que lo mantuvo alejado del cine desde 2014. Aunque su fortaleza fue admirable, su fallecimiento en Los Ángeles se debió a una neumonía, según lo confirmó su hija, Mercedes Kilmer, en una declaración a The New York Times.

La trayectoria de Kilmer estuvo marcada por roles icónicos: interpretó a Jim Morrison en el biopic de Oliver Stone, The Doors (1991), y fue el enigmático Batman en Batman Forever (1995). Además, se destacó en thrillers de culto como Amor a quemarropa (1993) y Heat (1995), dejando huella en el género de acción de los años 90 con películas como El Santo (1997). A lo largo de su carrera, Kilmer vivió momentos de gloria y desafíos personales, incluyendo una batalla con una reputación complicada que le llevó a realizar un documental titulado Val en 2021, en el que abordó sus vivencias y su vida detrás de cámara.

El documental fue muy bien recibido, mostrando una intimidad que pocos conocían de Kilmer, quien confesó en su narración cómo la quimioterapia afectó su voz, complicándole la expresión verbal: “Es difícil hablar y que me comprendan”, reveló. La producción, a cargo de A24, desnudó la imagen del actor, capturando la autenticidad detrás de su naturaleza apasionada.

Nacido en el seno de una familia típica, Kilmer comenzó a contar historias desde joven, experimentando con una cámara de 16 milímetros. Estudió en la prestigiosa escuela Juilliard de Nueva York, donde comenzó a desarrollar su talento. Aunque enfrentó críticas por sus primeras actuaciones, finalmente superó sus inseguridades, y su interpretación de Ricardo III le valió elogios.

El actor también fue un apasionado de Mark Twain, lo que se reflejó en su biografía, Val Kilmer: I’m your Huckleberry, donde honró a uno de sus ídolos. En 2010, llevó a la pantalla su admiración por Twain a través de un monólogo que escribió y dirigió, titulado Citizen Twain, considerándolo uno de sus mejores trabajos.

Aunque recibió críticas mixtas a lo largo de su carrera, Kilmer dejó su huella: fue un actor que mostró vulnerabilidad y fortaleza, quien, a pesar de no haber sido nominado a un Oscar, siempre será recordado por su carisma y su entrega en cada papel. En recuerdo de un actor cuya vida fue un viaje de constante transformación, fans y colegas se unen para celebrar su legado.