El emblemático dúo Felipe González-Alfonso Guerra, quienes llevaron al PSOE a sus más altas cotas de poder en sus años de colaboración, han irrumpido nuevamente en el escenario político, esta vez para mostrar su desacuerdo con la dirección actual del partido bajo Pedro Sánchez. Su regreso es un llamado de atención en medio del complicado proceso precongresual que enfrenta el PSOE, marcado por luchas internas y tensiones inesperadas.

Durante una reciente entrevista con Susanna Griso en Antena 3, con motivo del 40 aniversario del Congreso de Suresnes, donde González fue elegido secretario general, ambos exlíderes expresaron su preocupación por el rumbo que está tomando el partido. El proceso precongresual, que Sánchez esperaba sereno y aclamado, ha dado paso a conflictos internos que han dejado al actual secretario general en una posición comprometida.

González no dudó en enfrentar el claro tabú sobre su posible sucesión, sugiriendo que no está atado a la figura de Sánchez. "¿No hay nadie que pueda sustituir al secretario general? Claro que podría no ser Sánchez. Tengo varios candidatos en mente, pero si lo que tengo en la cabeza se hace público, estará muerto", afirmó, dejando en el aire el futuro liderazgo del PSOE.

Ambos veteranos del socialismo español defendieron el derecho y la obligación de criticar la dirección federal encabezada por Sánchez, subrayando que las críticas son esenciales para la salud del partido. González y Guerra, quienes aseguraron haberse mantenido fieles a los principios del partido, indicaron que los cambios en la dirección han sido impulsados por nuevos acuerdos que no comparten.

En un análisis histórico, Guerra trazó paralelismos entre la situación actual del PSOE y la de 1934, cuando se advirtió del ascenso de la extrema derecha. "Para evitar la llegada de la extrema derecha, han colaborado con Puigdemont, quien se considera igualmente extremo", argumentó Guerra, quien también recordó conflictos pasados que desgastaron la unidad del partido.

Adicionalmente, González y Guerra revelaron que no han recibido invitación para el 41 Congreso Federal que se realizará en Sevilla, y afirmaron no creer que esto cambiará. Esto deja entrever las tensiones persistentes en el PSOE y plantea interrogantes sobre la inclusión de voces críticas dentro de la plataforma.

la situación actual del PSOE es crítica, y el eco de líderes históricos como González y Guerra sugiere que el camino hacia el futuro del partido no será fácil. ¿Podrá la dirección de Sánchez contener las críticas y encontrar el consenso, o se abrirá paso un nuevo liderazgo que supere la crisis interna actual? La intriga está servida y el desenlace promete ser apasionante.