La exmagistrada guatemalteca Gloria Porras expresa un renovado optimismo tras la elección de nuevos magistrados en la Corte Suprema de Justicia y las cortes de apelaciones de Guatemala. Esto se produce en un contexto donde el presidente Bernardo Arévalo asume el poder, lo que Porras califica como "un tanque de oxígeno" en medio de un país asediado por la corrupción y la impunidad. Tras ser forzada al exilio en 2021, cuando no se renovó su mandato como jueza de la Corte de Constitucionalidad, Porras ha señalado que el Estado estaba en coma, y ahora vislumbra la posibilidad de un sistema judicial verdaderamente independiente, que apoye al presidente Arévalo en su misión de desmantelar lo que se ha denominado el "pacto de corruptos".

Porras sostiene que los jueces son esenciales para la protección de los derechos humanos en un Estado democrático. Se siente esperanzada ante la posibilidad de que las nuevas cortes actúen con mayor libertad, liberándose del control que ejercen figuras como la fiscal general Consuelo Porras, quien se opone abiertamente al gobierno de Arévalo. Este conflicto ha llevado a Arévalo a intentar removerla, pero sin éxito hasta ahora.

En su exilio, Gloria Porras ha visto cómo jueces y fiscales comprometidos con la justicia han tenido que abandonar el país para protegerse de represalias, incluidas encarcelaciones injustas. Ella misma ha sido víctima de una sistemática campaña de criminalización, enfrentando más de 80 denuncias penales en su contra.

Refiriéndose a su exilio, Porras subraya que ha sido una etapa difícil, pues se ha visto forzada a enfrentar la coordinación entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, que buscaban despojarla de su inmunidad.

La exmagistrada ha presentado denuncias ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), buscando restaurar los derechos que considera han sido violados por el Estado guatemalteco. Destacando que estas acciones no son aisladas, Porras asegura que hay una estrategia bien elaborada para acallar a quienes han luchado por la justicia.

La llegada de Bernardo Arévalo al poder ha generado un cambio en las esperanzas del país. Porras cree que su gobierno puede superar la situación anterior y tener éxito en la lucha contra la corrupción, aunque considera que será un proceso desafiante dada la fuerte oposición de sectores económicos que se benefician del statu quo.

La pregunta sobre la posible independencia de la nueva Corte es vital. Porras reconoce que la renovación de jueces puede traer cambios significativos, pero también advierte que la independencia total puede ser un ideal difícil de alcanzar. Es crucial que los nuevos magistrados tomen decisiones que beneficien a la justicia y no se alineen con intereses corruptos.

A medida que Guatemala intenta emerger de esta larga crisis de corrupción y abuso de poder, la voz de Gloria Porras sigue siendo un estandarte en la lucha por la independencia judicial y por un futuro más justo y democrático para el país. La pregunta que persiste es: ¿podrá el presidente Arévalo implementar su agenda sin obstáculos significativos de los poderes tradicionales que han dominado Guatemala por años?