La Comisión Europea ha decidido apoyar sin reservas la oferta pública de adquisición (OPA) que BBVA ha realizado sobre Banco Sabadell. Esta aprobación llega en un momento crucial, donde la Unión Europea ha implementado un nuevo marco de inversiones extranjeras diseñado para proteger el mercado interior de posibles distorsiones provocadas por inversiones provenientes de terceros países. Este riesgo podría, en teoría, alterar la competencia justa dentro del espacio económico europeo, según informó Europa Press.

La operación fue oficialmente notificada a Bruselas el 21 de octubre pasado, con un plazo inicial que se extendía hasta el 26 de noviembre. Los funcionarios de la Comisión debían evaluar si era necesario realizar una “investigación en profundidad” o si, por el contrario, la fusión podría proceder sin mayores inconvenientes. Finalmente, se optó por permitir que la fusión avance sin una investigación exhaustiva.

Es importante destacar que esta no es una autorización de concentración habitual, ya que el caso está siendo analizado a nivel nacional por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de España. Esta entidad ha decidido llevar el análisis a una segunda fase debido a las potenciales implicaciones que la OPA podría tener para los consumidores. Se estima que la finalización de esta oferta de compra podría no concretarse antes de mediados de 2025.

Desde la implementación del reglamento sobre subsidios extranjeros en 2023 (FSR, por sus siglas en inglés), las empresas que operan en la UE están obligadas a informar a la Comisión Europea sobre las subvenciones extranjeras que hayan recibido en los tres años anteriores. Este nuevo reglamento se establece en un contexto en el que la Unión Europea busca aumentar su control sobre las inversiones que pueden afectar la competencia en el mercado europeo.

El reglamento exige que se notifiquen a Bruselas todas las operaciones donde una de las empresas esté domiciliada en la UE y alcance un volumen de negocio de al menos 500 millones de euros en el mercado comunitario, además de recibir contribuciones financieras de terceros países que superen los 50 millones de euros.

En el anuncio de la OPA sobre Sabadell, BBVA ya había indicado que informaría a la Comisión Europea sobre los riesgos asociados a inversiones extranjeras, aunque también dejó claro que la viabilidad de la operación no depende de la obtención de dicha autorización.

Esta decisión no solo marca un paso significativo en la consolidación del sector bancario en España, sino que también podría tener repercusiones importantes en el futuro de la competencia bancaria en toda Europa. Los expertos prevén que esta fusión podría redefinir el panorama financiero en el país, favoreciendo a los clientes con mejores servicios y productos financieros.