Las primeras caras de los futbolistas del Real Madrid en el Coliseum eran de desánimo total, como si fueran abuelos cansados de esperar que sus nietos vinieran a visitarlos. ¿Cómo salir de esta situación? El culpable era el intrépido Getafe de Bordalás, ogro en el campo, que no dejaba alternativa alguna.

Pero, ¡sorpresa! El joven Arda Güler, el chico que parecía menos preparado para este desafío, emergió como un rayo de luz, exhibiendo un fútbol sublime, casi de otra dimensión. Su gol resultó ser el salvavidas para el Madrid en un encuentro que parecía condenado.

Si algún día Florentino Pérez decide despedir a Ancelotti (esperemos que no), solo espero que sea por la desesperación de no haber utilizado a Güler como se merecía. Su única traba fue la lesión de Alaba y la reubicación de Tchouameni, un cambio que casi sale muy caro para el equipo.

En cuanto a Ancelotti, los errores han sido muchos esta temporada, pero ninguno supera el de no haber alineado a Güler desde el inicio. Ver al turco brillar en el campo es un verdadero deleite. En este partido, no sólo creó juego, sino que también rescató a un equipo que padecía en el terreno.

Güler no solo brilló con su gol decisivo, sino que también realizó tres pases clave y completó dos regateos. Esta vez actuó como organizador desde el medio del campo, inspirando a sus compañeros. Un cambio estratégico que Ancelotti probó en días previos.

Jugar en el Coliseum antes de una final debe de sentirse como salir de fiesta la noche previa a una reunión familiar: un riesgo enorme. En los minutos iniciales, el juego del Madrid parecía más un partido de rugby que de fútbol, con jugadores tirados y desesperados por un poco de clemencia.

El Getafe, bajo la dirección de Bordalás, es un equipo que marca presencia en la liga. Su forma de competir, intensa y ardiente, pone a prueba a cualquier rival, y el Madrid no fue la excepción, aunque lograron salir con los tres puntos en un partido difícil.

El héroe del encuentro, sin duda, fue Thibaut Courtois. En los momentos críticos, mostró cualidades que lo hacen parecer aún más alto y fuerte. Con una estirada inolvidable al final, salvó a su equipo de un empate que se veía inminente.

Courtois, confirmado como el portero titular para la Copa, continúa siendo la muralla del Madrid, mientras que la presencia de Camavinga el sábado queda en duda tras su salida por lesión. ¡El drama y la emoción están asegurados para el próximo encuentro!