El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se prepara para una conversación crucial con su homólogo ruso, Vladímir Putin, el próximo martes. Este encuentro podría marcar un punto de inflexión significativo en los esfuerzos por poner fin a la guerra en Ucrania y representa una oportunidad clave para que Trump afirme su visión de la política exterior estadounidense.

Durante su vuelo de regreso a Washington desde Florida, Trump comentó sobre la inminente conversación, añadiendo: “Estamos trabajando arduamente y esperamos tener noticias para el martes. La intención es poner fin a esta guerra”. Por su parte, el Kremlin confirmó la participación de Putin en la charla, aunque el portavoz Dmitry Peskov se mostró reservado sobre los detalles de la discusión, subrayando que nunca nos adelantamos a los acontecimientos.

Este diálogo llega en un momento delicado, dado que los aliados europeos de Estados Unidos han manifestado su inquietud por la cercanía de Trump con Putin y su reciente trato hacia el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy. Zelenskyy fue objeto de críticas después de una visita reciente a la Casa Blanca, en la que buscaba apoyo para su país.

A pesar de que Rusia no logró su objetivo inicial de derrocar el gobierno ucraniano tras la invasión de hace más de tres años, todavía mantiene el control sobre vastas áreas de Ucrania. En esta próxima conversación, Trump será claro sobre la importancia de discutir el territorio y las instalaciones energéticas, mencionando que es esencial “dividir ciertos bienes” para facilitar las negociaciones.

Además, el enviado especial de Trump para Rusia y Ucrania, Steve Witkoff, realizó una visita a Moscú la semana pasada para impulsar el proceso de negociación.

Desde la gran invasión de 2022, Rusia ha anexado ilegalmente cuatro regiones ucranianas: Donetsk, Luhansk, Jersón y Zaporiyia, aunque ninguna de ellas está bajo su control total. En comparación, Crimea fue anexada en 2014, aumentando las tensiones entre Moscú y el resto del mundo.

La situación en la nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, es especialmente alarmante, ya que ha estado expuesta a intensos combates. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha manifestado su preocupación por el riesgo de una catástrofe nuclear, lo que hace de esta área un punto crítico a discutir entre Trump y Putin.

Finalmente, Tulsi Gabbard, directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, destacó en una reciente entrevista que Trump y Putin “son muy buenos amigos” y están comprometidos en encontrar formas de fortalecer las relaciones entre ambos países, lo que podría tener un impacto significativo en la geopolítica actual.