Este martes, el tribunal de Hong Kong emitió un veredicto histórico bajo la controvertida ley de seguridad nacional, condenando a 45 activistas y políticos pro democracia a penas de entre 4 y 10 años de prisión. Estos individuos fueron hallados culpables de conspirar para subvertir el poder estatal, una acusación que se origina en la organización de elecciones primarias, que el gobierno local había declarado ilegales.

Desde el fin de semana anterior, miles de personas se congregaron frente al tribunal para expresar su apoyo, demostrando la fuerte expectativa que rodeaba este juicio, el más significativo desde que las autoridades chinas intensificaron su represión política tras las masivas protestas de 2019. La presión sobre la sociedad civil y los derechos humanos ha ido en aumento, llevando a una alarmante disminución de las libertades en Hong Kong.

El conflicto comenzó en julio de 2020, cuando los partidos pro democracia organizaron primarias después de que las elecciones oficiales fueran pospuestas bajo el pretexto de la pandemia de COVID-19. Más de medio millón de personas votaron, equivalente a más del 13% del electorado registrado, en un acto de desafío hacia la opresión del régimen de Pekín.

Seis meses después de estas primarias, las autoridades realizaron redadas masivas para detener a los organizadores, acusándolos de intentar derrocar al líder de la ciudad, elegido por Pekín. Desde entonces, los comicios legislativos no se llevaron a cabo nuevamente hasta 2021, después de que se implementaran reformas drásticas a la ley electoral que excluyeron a todos los que no se alineaban con la postura pro gubernamental.

En total, 47 activistas fueron llevados a juicio. Durante el proceso, que comenzó en febrero de 2023, los jueces subrayaron que los acusados habían planeado realizar cambios políticos mediante primarias no oficiales, creando así una crisis constitucional. Al final del juicio, 31 de los acusados expresaron arrepentimiento y pidieron disculpas, mientras otros dos fueron absueltos, pero varios permanecieron desafiantes a pesar de las severas consecuencias.

Entre los condenados destaca Benny Tai, un reconocido jurista que fue un defensor prominente de las primarias ilegales, quien recibió una sentencia de 10 años, la más larga impuesta bajo esta ley. Tai había afirmado que asegurar una mayoría legislativa era una "arma poderosa" que permitiría al bando pro democracia desafiar decisiones gubernamentales.

La sentencia ha generado indignación tanto a nivel local como internacional, con organizaciones de derechos humanos denunciando el deterioro de la libertad y la justicia en Hong Kong. La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, mientras muchos se preguntan qué implicaciones tendrá esto para el futuro del activismo y la oposición en la región.

Este veredicto representa un duro golpe para la oposición y la sociedad civil en Hong Kong, que continúan enfrentándose a un clima de represión sin precedentes. Muchos se preguntan si habrá un retorno de los movimientos pro democracia en un futuro próximo, a medida que las tensiones entre la población y el gobierno de Pekín se intensifican.