Este sábado, el Ejército israelí ha llevado a cabo una serie de ataques definitivos en el norte del Líbano, resultando en la muerte de dos altos mandos de Hamás. Este movimiento marca una escalada significativa en la tensión entre Israel y el grupo islamista, y es parte de operaciones concertadas con la agencia de inteligencia interna, el Shin Bet.

Según informes del Ejército, el primer ataque eliminó a Muhammad Hussein Ali al Mahmud, un importante terrorista de Hamás. Al Mahmud no solo era parte de la autoridad ejecutiva de la organización en Líbano, sino que también dirigía actividades terroristas en Judea y Samaria (Cisjordania). Los detalles de este ataque son escasos, pero la amenaza que representaba justificó la acción.

El segundo objetivo, Said Alaa Naif Ali, un veterano del brazo armado de Hamás, fue abatido en un bombardeo en Trípoli, donde se le imputaba la responsabilidad de reclutar milicianos y ejecutar ataques contra intereses israelíes. Además de él, se reportó la trágica muerte de su esposa e hijas durante el ataque, que tuvo lugar en un área cerca del campo de refugiados Al Beddawi.

Este es un evento significativo, ya que es la primera vez que Israel ataca Trípoli desde la guerra de 2006. Las Fuerzas Armadas israelíes sostienen que estas operaciones son vitales para eliminar la creciente amenaza de Hamás desde territorio libanés, y enfatizan que han matado a aproximadamente 440 combatientes de Hizbulá en recientes incursiones en el sur del Líbano.

El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, ha confirmado que las fuerzas están llevando la lucha a Hizbulá, afirmando que "algunos terroristas han huido, mientras otros están siendo derrotados en combates cercanos". El jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi, indicó que se tiene la intención de continuar la presión sobre Hizbulá sin concesiones, buscando dañar de forma continua las capacidades operativas del grupo.

En un contexto más amplio, varios informes indican que Israel podría estar planeando un ataque "serio y significativo" contra Irán, a raíz del bombardeo de misiles lanzado por ese país contra territorio israelí el pasado martes. El primer ministro Benjamin Netanyahu ha asegurado que Israel tiene el derecho a defenderse frente a tales ataques, después de que Irán disparara cerca de 200 misiles hacia Israel, un acto que consideró inaceptable para cualquier nación.

"Este ataque es solo una de las múltiples agresiones que hemos enfrentado. Israel no solo tiene el deber, sino también el derecho de responder de manera efectiva frente a estas amenazas" declaró Netanyahu, reafirmando la posición firme y decidida de su gobierno frente a las hostilidades en la región.