España se encuentra en una encrucijada demográfica sin precedentes. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), el país ha registrado en 2023 la cifra más baja de nacimientos desde que se comenzaron a recolectar datos, con un total de 320.656 bebés nacidos. Esto representa un preocupante descenso del 2,6% en comparación con el año anterior y un drástico 24,7% en el último decenio.

Este descenso en la natalidad se ha visto reflejado desde 2008, cuando se alcanzaron los niveles más altos de nacimientos desde 1975, con un total de 519.779. De los 320.656 nacimientos de este año, casi un 30% corresponde a madres extranjeras, lo cual indica una tendencia creciente en este sentido; por el contrario, los nacimientos de madres españolas han caído un 4,36% en el último año.

Otro fenómeno observable es el aumento de la edad media de las mujeres al tener hijos, que ha alcanzado los 32,6 años en 2023. Este factor no solo contribuye a una reducción en la tasa de fecundidad, que se ha situado en 1,12 hijos por madre, sino que demuestra un cambio significativo en las dinámicas familiares. Es notable que la única franja de edad donde ha habido un aumento en la natalidad es en las mujeres de 40 años o más, que han visto crecer su tasa de nacimientos un 19,1% en la última década.

Los datos presentados por el INE evidencian una realidad que pone en jaque el futuro del mercado laboral y la estabilidad económica de España: el envejecimiento de la población. En 2023, por primera vez, más del 20% de la población total tiene 65 años o más, un aumento del 17,7% en 2013 y un notable incremento desde solo el 11,5% en 1983. España se ubica como el segundo país de la Unión Europea con el mayor envejecimiento en la última década, solo por detrás de Portugal. La edad media de los ciudadanos ha subido cuatro años en la última década y se sitúa en 45,3 años, lo que significa que la mitad de la población está por debajo de esa edad.

A pesar de la alarmante caída en los nacimientos, hay una luz en el horizonte: el número de defunciones ha disminuido, alcanzando un total de 436.124 en 2023, lo que indica un 6,1% menos en relación al año anterior. La disminución ha sido más evidente entre las personas de 85 a 89 años, con un notable descenso del 11%. Sin embargo, la tasa de mortalidad infantil ha visto un pequeño aumento, situándose en 2,63 defunciones por cada 1.000 nacidos vivos.

A pesar de la creciente preocupación por la baja natalidad, la esperanza de vida sigue en aumento, con un incremento de casi siete décimas. Ahora, los españoles pueden esperar vivir un promedio de 83,77 años. La esperanza de vida para los hombres ha aumentado a 81,11 años y, para las mujeres, ha llegado a 86,34 años. A esto se añade que una persona de 65 años en 2023 puede esperar vivir, en promedio, 19,65 años más si es hombre y 23,49 años más si es mujer.

En conclusión, España se enfrenta a un futuro incierto con estas tendencias demográficas. Se necesitarán estrategias efectivas para abordar el envejecimiento de la población y fomentar un renacer de la natalidad. ¡La sociedad y el gobierno deben actuar ahora para evitar una crisis demográfica aún mayor!