Investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, la Universitat de València (UV) y el Instituto de Salud Carlos III han revelado cómo el estrés vivido durante la adolescencia puede transformar el comportamiento del tálamo, una parte del cerebro profundamente involucrada en trastornos como la depresión y la esquizofrenia.

Este estudio, que complementa investigaciones anteriores sobre la corteza prefrontal, ha sido publicado recientemente en la revista Neurobiology of Disease. La nueva investigación nos ofrece una visión alarmante de cómo las experiencias adversas durante la juventud pueden tener consecuencias duraderas.

El Dr. Juan Nácher, un destacado investigador y catedrático de Biología Celular en la UV, comparte que el tálamo es de particular interés ya que está relacionado con diversas enfermedades psiquiátricas. "Nuestros estudios con neuroimagen en pacientes respaldan esta afirmación", añade.

El último trabajo se centra en los circuitos neuronales inhibidores, cruciales para el funcionamiento del tálamo. Utilizando ratones como modelo, los investigadores han demostrado que las experiencias traumáticas durante la adolescencia afectan significativamente a esta región cerebral, con un impacto más fuerte en las hembras.

Es crucial destacar el objetivo del Grupo de Investigación en Psiquiatría y Enfermedades Neurodegenerativas del Incliva: aumentar la comprensión de la depresión y la esquizofrenia. Se estima que más del 1% de la población padece depresión, mientras que la esquizofrenia afecta hasta al 5%. Estas condiciones son serias y crean una carga considerable tanto para los afectados como para sus familias y amigos.

Además, el equipo está explorando nuevos métodos terapéuticos que podrían aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Actualmente, se investiga cómo las experiencias adversas en la infancia y adolescencia pueden influir en el desarrollo de la depresión y la psicosis en la adultez, utilizando un enfoque multidisciplinario que incluye modelos animales, estudios de tejido postmortem, neuroimagen, genética y evaluaciones psicológicas.

El grupo no solo se enfoca en tratamientos, sino que también investiga nuevos procedimientos diagnósticos para acceder al cerebro. Esto incluye el análisis de neuroimagen, así como estudios de genes y moléculas en sangre. Hay interés particular en las células del epitelio olfativo, que comparten características con las neuronas, y en la generación de líneas neuronales a partir de células sanguíneas.

Por último, el equipo participa activamente en iniciativas de prevención del suicidio y está trabajando en estrategias para reducir su incidencia, algo que es más vital que nunca en una sociedad donde la salud mental sigue siendo un tabú. ¡La juventud merece atención y cuidado para evitar los devastadores efectos del estrés!