En un giro sorprendente, el Tribunal Constitucional de Rumanía ha validado la primera vuelta de las elecciones presidenciales, lo que marca un hito en la política del país. El presidente del tribunal, Marian Enache, anunció que la segunda vuelta se llevará a cabo según lo previsto el 8 de diciembre. En esta ocasión, se enfrentarán la conservadora liberal Elena Lasconi y el ultranacionalista Călin Georgescu, quien ha generado controversia por sus vínculos con Rusia.

El avance de Georgescu ha suscitado preocupaciones no solo a nivel nacional, sino también en la comunidad internacional, que observa con interés el resultado de estas elecciones. Este candidato representa una visión polarizadora que podría afectar las relaciones de Rumanía con la Unión Europea y la OTAN, especialmente en un clima geopolítico tenso.

La segunda vuelta es crucial, ya que las encuestas apuntan a una carrera muy reñida. Los votantes se enfrentan a una decisión que puede definir el rumbo político y económico del país en los próximos años. Muchos ciudadanos están inquietos por la posibilidad de un giro hacia políticas más pro-rusas, lo que podría tener repercusiones en la seguridad y la estabilidad de la región.

Con un ambiente cargado de emociones y expectativas, el 8 de diciembre se perfila como una fecha clave en la historia reciente de Rumanía. ¿Logrará Lasconi detener el avance de las fuerzas más extremas, o será Georgescu quien lleve a Rumanía hacia un nuevo destino? La respuesta se dará en las urnas.