Desde que Donald Trump se alzó con la victoria en las elecciones del 5 de noviembre, su relación con Elon Musk ha captado la atención del público. El magnate de Tesla y SpaceX se ha convertido en el compañero inseparable de Trump, quien aprovecha cada oportunidad para alardear de la visión innovadora de Musk.

Recientemente, el presidente electo hizo un viaje a Washington acompañado por Musk, con el fin de prepararse para una reunión con congresistas antes de su histórica visita a la Casa Blanca. Además, ambos planeaban disfrutar de un fin de semana de diversión en un combate de lucha libre en Nueva York, ¡todo con una comida rápida de McDonald's en mano!

Este martes, la atención se centró en el lanzamiento de un cohete de SpaceX en Brownsville, Texas. Fue un evento que no solo atrajo la presencia de Trump, sino también la promesa de un espectáculo impresionante. Musk guió a Trump a través de las instalaciones de SpaceX antes del tan esperado lanzamiento de la Starship, propulsada por el poderoso cohete Super Heavy.

Mientras volaba a Texas, Trump compartió su entusiasmo en Truth, su red social: “Voy al Gran Estado de Texas para presenciar el lanzamiento del mayor objeto jamás elevado al espacio. ¡Buena suerte a Elon Musk y a los patriotas involucrados en este increíble proyecto!” Sin embargo, la fortuna no estuvo del lado de Musk esta vez; el despegue enfrentó problemas de captura que hicieron que el cohete cayera en el Golfo de México.

Un portavoz de SpaceX reveló que no se cumplían los criterios necesarios para la recuperación del cohete, aunque no especificó en qué consistía el fallo. Esto contrasta con el exitoso quinto vuelo de prueba anterior, donde el cohete fue atrapado por brazos mecánicos en la estación de lanzamiento, una hazaña que Trump mencionaba con orgullo en sus discursos.

A pesar de esta decepción, la misión del día tenía como propósito ampliar las capacidades de la Starship, que tiene la ambiciosa meta de ser completamente reutilizable. En el futuro, Musk planea llevar a astronautas a la Luna y, eventualmente, establecer una ciudad en Marte. ¡La carrera espacial nunca ha sido tan emocionante!

Cabe señalar que SpaceX ya ha asegurado un contrato multimillonario con la NASA por servicios relacionados con misiones lunares, lo que evidencia la confianza en la capacidad de Musk para revolucionar la exploración espacial.

En un giro más curioso, Trump no ha dudado en mezclar su apoyo a Musk con sus opiniones políticas, argumentando que una mayor regulación podría obstaculizar el progreso en la conquista del espacio. Desde su perspectiva, siempre ha dejado claro que una administración más favorable podría facilitar sus planes hacia Marte, lo que ha generado controvertidas declaraciones sobre la política estadounidense.

A medida que Trump y Musk continúan trabajando juntos, el vínculo entre el magnate y el presidente electo se fortalece. La intriga sobre cómo sus colaboraciones podrían cambiar la industria espacial y la política continúa creciendo. Sin duda, la combinación de sus visiones futuristas solo promete más sorpresas en el horizonte. ¡Estén atentos!