El Índice de Precios al Consumo (IPC) de Estados Unidos ha revelado una bajada inesperada del 2,4% interanual en septiembre, marcando el nivel más bajo de inflación desde febrero de 2021. Este dato se conoce justo después de la primera reducción de tipos de interés anunciada por la Reserva Federal hace tres semanas. Lo curioso es que las proyecciones de los analistas de Bloomberg anticipaban un incremento a un 2,3%, por lo que el resultado ha superado las expectativas.

Además, en comparación con agosto, se ha registrado un aumento del 0,2%, superando nuevamente las previsiones. Sin embargo, no todo son buenas noticias. Las solicitudes de subsidio por desempleo han alcanzado las 258.000, superando la estimación de 230.000, lo que genera una creciente preocupación en el mercado laboral.

Estos factores han contribuido a una jornada de apertura negativa en Wall Street. Los principales índices bursátiles comenzaron la sesión con pérdidas; el Dow Jones de Industriales descendía un 0,25%, situándose en 42.707 puntos, mientras que el S&P 500 caía un 0,32% hasta llegar a 5.822 unidades, y el Nasdaq, enfocado en tecnología, experimentaba una baja del 0,48%, alcanzando los 20.364 enteros.

Además, las actas de la Reserva Federal publicadas el miércoles indican que existen dudas sobre el primer recorte de 50 puntos básicos aprobado por el banco central en septiembre. Este tema es crucial, ya que tanto el empleo como la inflación son indicadores clave que la Fed evalúa para sus decisiones de política monetaria. Con la evolución actual de los precios siendo más elevada de lo previsto, se intensifican las interrogantes sobre los próximos movimientos de la Reserva Federal.

¿Está la economía de EEUU realmente en una senda de recuperación, o estos datos esconden problemas más profundos? La respuesta podría influir en el futuro inmediato del país.