La policía de Madrid se encuentra en la escena de una conmocionante tragedia tras el hallazgo sin vida de Ana, una mujer boliviana de 45 años, en un apartamento de la calle de la Princesa. Los servicios de emergencia del Summa 112 fueron alertados alrededor de las tres de la tarde, pero al llegar al lugar sólo pudieron confirmar el fallecimiento. Por ahora, las autoridades han indicado que el cuerpo no muestra signos externos de violencia, pero será la autopsia la que esclarezca las cause de su muerte. La unidad de Homicidios está a cargo de la investigación.

Según informaciones de testigos, el piso donde fue encontrada Ana era un lugar donde tres mujeres ejercían la prostitución, y ella había estado trabajando en esa ubicación durante más de 15 años, según una amiga que prefirió no revelar su nombre. Curiosamente, las otras dos mujeres que estaban presentes en el momento de su muerte aseguran no haber oído nada sospechoso. Sin embargo, una vecina del edificio afirmó haber visto a un hombre salir del apartamento y reveló que había antecedentes de problemas con una expareja de Ana.

Un portavoz del 112 Emergencias Comunidad de Madrid ha indicado que la mujer ya estaba muerta a su llegada, lo que ha llevado a considerar una posible muerte violenta. Para brindar apoyo, una psicóloga del Summa atendió a las otras trabajadoras del piso, quienes se encuentran en estado de shock.

El edificio, ubicado a escasos minutos de la plaza de España, es una gran construcción con hasta 30 pisos, y los residentes aseguran que hay cámaras de seguridad en cada planta y en el acceso principal, además de contar con un portero las 24 horas. Justo enfrente del edificio se encuentran los juzgados, que también están equipados con sistemas de vigilancia.

La investigación policial se extendió hasta pasada la noche, mientras que los trabajadores de la funeraria retiraron el cuerpo de Ana alrededor de las seis y media de la tarde. En ese momento, dos amigas de la víctima, visiblemente afectadas, estaban en contacto con familiares en Bolivia, todos sumidos en una profunda tristeza. Se ha confirmado que Ana no residía en el apartamento, sino que únicamente lo utilizaba para trabajar durante el día y nunca por la noche. Se supo que tenía una prima viviendo en Madrid, lo que añade una capa más a la compleja red de su vida en la capital.