En un giro sorprendente de los acontecimientos políticos, el procedimiento de destitución del presidente francés, Emmanuel Macron, promovido por el partido de izquierdas Francia Insumisa (LFI), no será debatido en el plenario de la Asamblea Nacional.

Este martes, la conferencia de presidentes decidió no incluir la moción en el orden del día, con el respaldo de los líderes de los grupos parlamentarios de la derecha y los macronistas, mientras que la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen decidió abstenerse. Es importante señalar que el voto de Le Pen pudo haber cambiado el rumbo de la votación, según la agencia EFE. La diputada insumida, Mathilde Panot, declaró que Emmanuel Macron se ha salvado de un debate incómodo sobre su “comportamiento peligroso y errático.”

Los cuatro grupos de izquierda se habían pronunciado a favor de este debate, lo que llevó a Panot a señalar que, de alguna manera, fue Le Pen quien salvó a Macron de la amenaza de destitución. Esta inesperada situación ha generado una gran controversia en el panorama político francés.

Aunque la destitución no prosperó, Francia Insumisa ya ha anunciado que presentará una nueva resolución. La decisión de este martes prácticamente acaba con el intento de destitución, que carecía de posibilidades reales de éxito, dados los equilibrios de poder en el Parlamento. Para prosperar, se necesitaba el apoyo de dos tercios de los parlamentarios, un desafío monumental que requería el apoyo de la extrema derecha, que se había opuesto desde el principio calificando la maniobra de distracción de la “extrema izquierda.”

Cabe recordar que la semana pasada, la comisión legislativa de la Asamblea Nacional ya desestimó la moción con 54 votos en contra y solo 15 a favor. La LFI justificó el intento de destitución por la negativa de Macron a nombrar a Lucie Castets como primera ministra, prefiriendo en cambio al conservador Michel Barnier, lo que desató la ira de los progresistas.

El partido de Jean-Luc Mélenchon presentó la moción con el respaldo de algunos comunistas y ecologistas, pero no de los socialistas. Tras superar el primer filtro parlamentario, se encontraron con una fuerte oposición de la mayoría que Macron tiene en la Asamblea.

Mientras tanto, Barnier se prepara para enfrentar la primera moción de censura contra su Gobierno, presentada por el Nuevo Frente Popular, aunque se estima que esta también tendrá pocas chances de éxito, dado que la extrema derecha de Le Pen ha anunciado su voto en contra.

La tensión política en Francia continúa en aumento, y el futuro del gobierno de Macron se encuentra en una encrucijada. ¿Estaremos ante un panorama de cambios radicales o se mantendrá el statu quo? Con información de EFE.