En España, un alarmante total de 337.200 personas padecen problemas de salud mental, lo que representa un incremento del 21,6% en los últimos diez años, de acuerdo con el informe 9 del Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo de la Fundación ONCE (Odismet), cofinanciado por la Unión Europea. Este informe utiliza datos del trabajo "El empleo de las personas con discapacidad (EPD) 2022" del INE.

La salud mental se ha convertido en un problema creciente que merece nuestra atención. Durante el año de la pandemia (2020), se detectó un incremento de 21.900 personas con problemas de salud mental, subrayando cómo eventos globales pueden impactar la salud emocional de la población.

Uno de los factores más influyentes en la salud mental es el trabajo. Sin embargo, irónicamente, las personas con discapacidad psicosocial son las que tienen la segunda menor tasa de empleo dentro del ámbito de la discapacidad. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, esta situación es crítica, ya que estas personas continúan enfrentando barreras significativas para acceder al mercado laboral.

En el año 2022, la tasa de empleo de las personas con problemas de salud mental fue del 18,9%, un ligero avance de 1,2 puntos respecto al año anterior, que se situó en 17,7%. Por otro lado, la tasa de actividad ha experimentado un descenso de dos puntos porcentuales desde 2013, quedando en un 29,2%. Esta baja tasa es alarmante y está estrechamente ligada a la precariedad laboral.

Los salarios bajos, la escasa tasa de empleo y la mayor dependencia de este colectivo aumentan significativamente el riesgo de pobreza entre las personas con discapacidad psicosocial. Las estadísticas indican que, mientras el sueldo bruto anual promedio del colectivo es de 22.040 euros, para las personas con discapacidad psicosocial, es de solo 17.930 euros.

Además, la formación juega un papel crucial. De acuerdo con Odismet, el 13,3% de las personas con discapacidad psicosocial solo tienen estudios primarios o menos, un 66,2% cuenta con educación secundaria y el 20,5% ha logrado un nivel universitario. En comparación, la población con discapacidad en general tiene 19%, 61,9% y 19,1% en esos mismos niveles educativos, mientras que las personas sin discapacidad muestran cifras más alentadoras: solo el 5,9% tiene estudios primarios o menos, un 55,6% posee estudios secundarios y un 38,6% ha logrado educación superior.

Es imprescindible que las autoridades, la sociedad y las empresas trabajen en conjunto para crear un entorno inclusivo que favorezca no solo la integración laboral, sino también el bienestar emocional y psicológico de este colectivo. La lucha por mejorar la salud mental en España no puede esperar.