(AP) – El viernes pasado, una bomba lanzada por las fuerzas israelíes cayó sobre un edificio de apartamentos en la zona de Tayouneh en Beirut, mientras cientos de personas se encontraban a varios cientos de metros de distancia, en una concurrida rotonda. Entre los presentes estaba Hassan Ammar, un valiente fotógrafo de Associated Press, quien rápidamente se equipó con un chaleco antibalas y un casco, listo para documentar la tragedia.

Ammar se posicionó a una distancia prudente, utilizando un lente largo después de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) emitieran una advertencia de evacuación que señalaba el edificio como un objetivo. Según las FDI, el inmueble pertenecía al grupo militante Hezbollah, pero para Ammar, el lugar tenía un profundo significado personal; creció a menos de un kilómetro de allí.

Durante su infancia, este edificio estuvo ubicado en la linde del polémico 'Línea Verde', que divide los barrios musulmanes y cristianos durante la guerra civil libanesa que finalizó en 1990. Ammar recordaba cómo en años posteriores había visitado ese edificio en muchas ocasiones, ya que allí había un notario y una tienda de suministros deportivos donde solía comprar. También mencionó un cementerio cercano donde reposaban sus seres queridos.

"Lo conozco muy bien", comentó con nostalgia. Recordó que incluso consideró alquilar un apartamento en ese edificio, atraído por la hermosa vista hacia los pinos en Horsh Beirut, un gran parque cercano.

Cuando escuchó el sonido del proyectil sobre su cabeza, Ammar ya tenía su cámara lista. Con una alta velocidad de obturación, capturó el momento exacto en que la bomba descendía, culminando en una explosión devastadora que dejó gran parte del edificio reducido a escombros.

Aunque no hubo informes inmediatos sobre víctimas, la magnitud de la destrucción fue alarmante. Richard Weir, un especialista en crisis de Human Rights Watch, analizó las fotografías del impacto para identificar el tipo de arma utilizada. Confirmó que se trataba de una bomba Mk-84 de 2,000 libras, equipada con el kit de cola JDAM de Boeing, advirtiendo sobre los peligros significativos que representan tales bombardeos en áreas pobladas.

Menos de un mes antes, otro fotógrafo de AP, Bilal Hussein, había documentado un evento similar: el impacto de una bomba en un edificio cercano. Las FDI afirman que se esfuerzan por minimizar las bajas civiles al emitir advertencias antes de sus ataques, pero los números cuentan una historia diferente.

Desde el inicio de los combates entre Israel y Hezbollah, más de 3,200 personas han perdido la vida en Líbano, siendo la mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Líbano. Este conflicto representa no solo un ciclo de violencia, sino también un desafío humanitario en medio de una región desgarrada por años de tensiones y guerra.