Introducción

El precio del aceite de oliva ha estado en el punto de mira de los consumidores en los últimos meses, convirtiéndose en un tema candente en la actualidad. Este producto esencial, emblemático de la dieta mediterránea, ha visto un aumento significativo en su costo debido a dos cosechas desastrosas, pero ahora comienza a mostrar signos de descenso. Sin embargo, la reducción de precios es mucho más pronunciada en su origen comparado con lo que los consumidores ven en los supermercados, donde las rebajas son mucho más modestas.

Diferencias de precios

Hasta la fecha, se ha registrado una caída en el precio del aceite de oliva virgen extra de más del 20% en origen en lo que va del año. Mientras tanto, en los estantes de los supermercados, la disminución toca apenas el 10% para el aceite de marca blanca, que es normalmente la opción más económica. Esto plantea una intrigante pregunta: ¿por qué hay tal diferencia entre lo que los productores reciben y lo que pagamos en las tiendas?

Opiniones de los agricultores

Los agricultores advierten que la bajada no puede ser drástica, ya que esto podría amenazar su viabilidad económica. Las cifras muestran que, al inicio de 2024, el precio del aceite de oliva virgen extra era de 884,4 euros por cada 100 kilogramos, pero el último dato reciente señala un precio de 681 euros. Este dato proviene del Informe semanal de coyuntura del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Análisis de Facua

Un análisis adicional de Facua, la organización de consumidores, revela que el precio del litro de aceite de oliva virgen extra en origen ha caído un 13% en comparación interanual, mientras que en los supermercados solo ha bajado un tímido 2.5%. Otro sistema de seguimiento, Poolred, sugiere que la reducción en origen se acerca al 30%, con precios que han caído a 5,176 euros por kilo en noviembre, en comparación con más de 8 euros al inicio del año.

Perspectivas de producción

Los expertos señalan que, aunque la producción este año es notablemente mejor que las dos cosechas pasadas, donde la producción no alcanzó niveles óptimos, hay especulaciones sobre la reducción artificial de precios en origen. José Luis Ávila de la COAG opina que algunos productores están en apuros financieros y están forzando precios más bajos para obtener liquidez, lo que es aprovechado por la industria.

Expectativas futuras

En cuanto a la cosecha actual, se espera que sea considerablemente mayor, con estimaciones que alcanzan hasta 1,3 millones de toneladas, una cifra casi un 50% superior a la del año pasado. Esta mejora debería equilibrar la oferta y la demanda y llevar a una reducción de precios en el mercado.

Opiniones del sector

Mientras aguardamos cambios en los lineales de los supermercados, Gonzalo Guillén, director general de Acesur, prevé que el descenso de precios será percibido por los consumidores en diciembre, pero avisa que los precios no tocarán fondo hasta la primavera. Además, se observa que el aceite que actualmente se vende en los supermercados es el que fue adquirido meses atrás, lo que retarda la implementación de la caída de precios.

Escepticismo entre productores

Las cooperativas como Dcoop también sostienen que la reducción se reflejará tarde o temprano, pero los olivareros se mantienen escépticos sobre la caída en los precios. Alegan que hay fuerzas externas que pueden estar manipulando el mercado y que el stock de producción que entra al mercado es limitado en este momento.

Debate sobre la transparencia

La situación actual abre un debate sobre la transparencia en la cadena de suministro del aceite de oliva y la necesidad de proteger a los productores de la especulación que podría amenazar su subsistencia. Los consumidores están a la expectativa de cuando se reflejarán efectivamente estas reducciones de precios en su factura del supermercado.