«Nunca había visto algo así en los años que llevo haciendo esto. Nunca. Terrible», declara conmocionada una profesora en una reciente publicación. Lo que la docente no puede creer es no solo el escaso nivel que demuestran sus alumnos en la lengua cooficial, sino la firmeza con la que argumentan que su uso no es relevante en su día a día, relegando el gallego a un plano secundario.

Este fenómeno no es un caso aislado. Refleja una tendencia alarmante que se expande en Galicia. Según datos del Instituto Galego de Estatística (IGE), cada vez más jóvenes gallegos utilizan poco o nada el idioma que los identifica culturalmente. De hecho, un preocupante tercio de los niños mayores de cinco años en Galicia muestran un conocimiento limitado o nulo del gallego.

El retroceso en el uso del gallego entre las nuevas generaciones se vuelve aún más notable si se lo compara con las décadas de esfuerzos dedicados a su preservación. Mientras que el gallego sigue siendo lengua oficial en la comunidad, la preferencia creciente por el español en contextos informales y educativos está erosionando su importancia para los más jóvenes.

La situación es crítica y plantea un desafío importante para las políticas lingüísticas en Galicia. ¿Será que el gallego está en peligro de extinción? Esta pregunta inquietante resuena en la mente de muchos padres y educadores, quienes se movilizan cada vez más para reintegrar la lengua en la vida cotidiana de los niños. La presión social por mantener vivas las tradiciones lingüísticas no ceja, pero ¿será suficiente para revertir esta tendencia? ¡El futuro del gallego en manos de nuestros jóvenes parece incierto!