La primera sesión de la comisión de investigación del Congreso sobre la controvertida Operación Catalunya ha visto comparecer a dos figuras destacadas del Ministerio del Interior en una atmósfera de tensión y expectación. Francisco Martínez, el secretario de Estado de Seguridad, y Eugenio Pino, el director adjunto operativo de la Policía, han presentado sus declaraciones ante los diputados, pero la gran sorpresa llegó cuando Martínez afirmó tajantemente que la tan mencionada Operación Catalunya “no existe.”

“Lo que hace el Ministerio del Interior es identificar un riesgo que compromete el orden constitucional, refiriéndose específicamente al proceso soberanista en Catalunya. Sin embargo, si hablamos de una estrategia organizada como la Estrategia de Seguridad Nacional, eso simplemente no existe”, enfatizó Martínez. Esta declaración ha despertado una oleada de reacciones entre los partidos opositores presentes en el Congreso.

El diputado de Sumar, Eloy Badia, más tarde retó a Martínez, sugiriendo que su responsabilidad sobre las acciones de ciertos policías podría ser comparable a cargar a los líderes políticos actuales con las acciones de antiguos guardias civiles involucrados en otros casos. En su defensa, Martínez aseveró que no hay un plan sistemático dentro del Ministerio para desestabilizar el independentismo catalán mediante la creación de dosieres o la difusión de informes secretos.

Una de las afirmaciones más polémicas fue su respuesta a la diputada de ERC, Pilar Vallugera, quien indagó sobre la posibilidad de un “estado profundo” que operara sin control político. Martínez, aludió a que no existía un 'deep state', pero reconoció que las operaciones policiales a menudo se realizan con autonomía, lo que plantea serias interrogantes sobre la rendición de cuentas en las fuerzas de seguridad.

Martínez, en varias ocasiones, se escudó en su situación legal para no responder a preguntas específicas, especialmente acerca de una grabación donde presuntamente solicitaba antecedentes policiales sobre los nuevos diputados de Podemos en 2015. Este episodio ha causado un revuelo entre los miembros de dicho partido, quienes reclaman justicia y transparencia.

Por otro lado, Eugenio Pino, el comisario que lideró la Policía durante un periodo de intensa controversia, también se defendió de las acusaciones que circulan en torno a su nombre. A pesar de la citada comisión, Pino insistió en que no podía revelar detalles sensibles de su gestión, dejando a muchos cuestionando su verdadera implicación en las maniobras que rodean el caso.

La tensión se palpó durante toda la sesión, con miembros de diferentes partidos adaptando sus estrategias de cuestionamiento a la actitud evasiva de los comparecientes. Mientras tanto, el apoyo entre los partidos en el Gobierno y ERC se mantiene firme, teniendo como base la necesidad de un entendimiento permanente sobre la gobernanza de España y sus retos actuales. La pregunta que queda en el aire es: ¿Cuánto se ocultará verdaderamente la elite sobre lo que ocurre detrás de estas cortinas políticas? ¡La trama se complica!