El duodécimo Debate de Gran Hermano 2024 comenzó de manera sorprendente, centrando toda la atención en la situación de Violeta, quien confesó a Edi que había experimentado un retraso en su menstruación. Ambos decidieron realizar una prueba de embarazo para aclarar sus dudas, algo que provocó un gran revuelo entre los demás concursantes y que recordó situaciones similares de pasadas ediciones, como la de Claudia y Mario en Supervivientes. Finalmente, los resultados fueron negativos.

Sin embargo, fue Edi quien acaparó las miradas al compartir su 'curva de la vida', donde reveló aspectos muy íntimos de su pasado. Con lágrimas en los ojos, Edi comentó: “Mi infancia fue muy feliz, aunque siempre estuve marcado por la ausencia de mi padre. Él trabajaba incansablemente para brindarnos lo mejor, y yo sentí desde pequeño que debía compensar esa ausencia”.

Recordando su primer gran dolor, relató la pérdida de su abuelo a los 7 años, un evento que afectó profundamente su vida, aunque también se alegró al mencionar el nacimiento de su hermana, quien ha sido su apoyo incondicional. Hablando sobre sus traumas, confesó haber sido víctima de bullying en su infancia, lo que le generó inseguridades que lo acompañaron durante años: “A los 16 años pasé a ser más delgado, pero aún luchaba con mi autoimagen”.

Su primera relación importante fue a los 17, pero las celos y sus inseguridades provocaron una ruptura a los 22 años, una experiencia que le enseñó mucho.

Un aspecto conmovedor de su historia fue el nacimiento de su hijo a los 31 años: “Sentí un amor indescriptible, un deseo de dar todo por él”. Con una mirada llena de esperanza, expresó su deseo de construir una relación con Violeta, a quien considera una persona maravillosa. Violeta, emocionada, respondió: “Eres un chico increíble, con valores excepcionales, te aprecio mucho”.

No obstante, Edi también reveló un momento doloroso que se omitió en su curva: “Es muy difícil ser un padre separado. Nunca pensé que viviría esa situación, y creo que mi hijo merece una vida familiar completa”. Esta declaración mostró una faceta vulnerable del concursante que resonó con muchos espectadores.

Durante el debate, se abordó también el tema de las nominaciones. Los concursantes Edi, Laura y Daniela fueron los nominados de la semana, tras una sorpresiva decisión de Daniela, quien utilizó su poder de salvación para elegir a Adri. La tensión se palpó cuando los porcentajes de apoyo del público se mostraron: 46% para Edi, 33% para Laura, 14% para Daniela y un mínimo 7% para los demás.

En un giro inesperado, la audiencia votó para congelar a Daniela, Maica y Óscar en una bañera helada, una estrategia que siempre genera controversia.

Por otro lado, Manu, el noveno expulsado, compartió su experiencia en la casa y sus sentimientos por Laura. “Siento algo muy especial por ella, es un amor que no había sentido antes”, confesó, dejando claro que está en un proceso de enamoramiento. Con emotivas palabras, se dirigió a Laura: “Te quiero más que nunca, estoy deseando verte y hacer planes a tu lado”. Este momento dejó a todos los presentes, incluido el propio Manu, con una mezcla de risas y lágrimas.

El episodio de anoche fue una combinación perfecta de emociones y drama, demostrando una vez más que en Gran Hermano, cada día puede reservar sorpresas, más del corazón y menos de la competición.