En un audaz ataque, Ucrania ha demostrado su capacidad militar al enviar enjambres de drones a la base aérea rusa de Engels-2, situada en la región de Sarátov, a aproximadamente 450 kilómetros de la frontera ucraniana. Esta base es vital para la aviación estratégica del Kremlin, albergando bombarderos nucleares como los Tu-95MS y Tu-160, que han sido utilizados para lanzar misiles devastadores sobre el territorio ucraniano.

Recientemente, imágenes satelitales de la empresa privada Maxar Technologies revelaron el poder destructivo de estos drones. Tras un bombardeo masivo, se observó la destrucción de varios búnkeres de almacenamiento de munición a poco más de un kilómetro de la pista principal, dando lugar a varias explosiones secundarias que generaron enormes cráteres y arrasaron edificaciones cercanas.

El impacto del ataque fue significativo, logrando su objetivo de neutralizar las capacidades de bombardeo de Rusia. Aunque los drones no destruyeron los bombarderos, se dirigieron a los depósitos de armas y municiones que la inteligencia ucraniana había identificado como objetivos clave.

Según el medio independiente Astra, más de 50 drones, incluyendo los modelos Lyutyy y PD-2, participaron en la operación. Los reportes indican que un almacén de municiones fue alcanzado y que las explosiones subsiguientes, visibles desde varios kilómetros, causaron un enorme hongo de fuego. Varios testigos informaron haber escuchado potentes explosiones alrededor de las cuatro de la madrugada, mientras imágenes de redes sociales mostraban densas columnas de humo negro elevándose sobre la base.

El ataque tuvo consecuencias severas en la población civil: se evacuaron a 120 personas de la zona de peligro y al menos 180 viviendas resultaron dañadas debido a la onda expansiva. Trágicamente, informes en canales rusos de Telegram indicaron la muerte de dos pilotos de un Tu-95MS y varios heridos entre la tropa.

El gobernador local, Roman Busargin, confirmó el ataque y ordenó la evacuación de los residentes, aunque minimizó los detalles sobre los daños sufridos. A pesar de los anuncios oficiales, fuentes independientes apuntan a que al menos un dron logró impactar directamente en la base, desafiando las afirmaciones del Ministerio de Defensa ruso de haber interceptado la mayoría de los drones enviados por Ucrania.

La base de Engels-2 es crucial para Rusia, desde donde lanzan misiles de crucero Kh-101 contra vitales infraestructuras ucranianas. Andrii Kovalenko, un oficial del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, afirmó que el ataque resultó en la destrucción de varios misiles, causando incendios y explosiones que se extendieron a lo largo de cinco kilómetros.

Este no es el primer ataque a esta instalación. En diciembre de 2022, una ofensiva de drones logró causar daños en un bombardero Tu-22M3, e incluso en otro Tu-95MS. Estos repetidos asaltos han obligado a Rusia a reubicar parte de su flota aérea, evidenciando una vulnerabilidad en las operaciones estratégicas del Kremlin.