¡En un giro sorprendente de los acontecimientos! Ucrania ha disparado al menos tres misiles de largo alcance ATACMS, proporcionados por Estados Unidos, contra objetivos en Rusia, desatando una oleada de tensión en la región. El Ministerio de Defensa ruso ha confirmado en las últimas 72 horas dos bombardeos y ha advertido que está preparando una sólida respuesta militar. Este ataque se produce después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, señalara sus intenciones de represalias por el uso de armamento occidental en su territorio.

El ataque más reciente de Ucrania con misiles ATACMS tuvo lugar la noche del lunes, dirigiendo ocho misiles contra el estratégico aeródromo de Kursk-Vostochni, cerca del asentamiento de Jalino. Esta ofensiva fue confirmada por el Ministerio de Defensa ruso, que, inicialmente, había informado sobre un bombardeo que incluía "ocho misiles balísticos, seis bombas aéreas guiadas JDAM estadounidenses y 45 drones". El ataque previo data del 23 de noviembre, cuando Ucrania lanzó cinco misiles ATACMS contra una posición de defensa aérea en Lotarevka, en Kursk. Este asalto resultó en la destrucción de una batería antiaérea S-400, lo que subraya el impacto devastador de los bombardeos.

Desde que se dio luz verde a Ucrania para utilizar estos misiles el 17 de noviembre, ha realizado tres ataques documentados. El primer bombardeo fue el 19 de noviembre contra un depósito de armas en la provincia de Briansk, que limita con Ucrania. El vocero de la seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, confirmó la autorización del uso de estos misiles, destacando que solo se permite en la provincia de Kursk. Sin embargo, sus comentarios han llevado a especulaciones de que el ataque en Briansk pudo haberse llevado a cabo sin el consentimiento de Washington.

Las Fuerzas Armadas Ucranias han estado en una ofensiva desde agosto en el territorio ruso de Kursk, y aunque se reporta que las tropas rusas han recuperado aproximadamente el 40% de la zona ocupada, el conflicto parece lejos de concluir.

Además, se han utilizado recientemente los misiles de largo alcance británicos Storm Shadow en Kursk, lo que ha hecho que el Kremlin advierta sobre las graves consecuencias del uso de armamento occidental. El 21 de noviembre, Putin lanzó un ataque inédito contra instalaciones militares ucranias usando un misil diseñado para la guerra nuclear, pasando por alto las advertencias internacionales.

A pesar de la ausencia de una reacción inmediata por parte de las autoridades rusas, finalmente, el ministerio de Defensa ruso ha afirmado este martes que está controlando la situación y desarrollando opciones para represalias. Lavrov y otros oficiales considerados cercanos a Putin advierten sobre las implicaciones globales de estos ataques, afirmando que Rusia se considera con derecho a actuar militarmente contra aquellos que permitan el uso de armamento en su contra.

En un contexto más amplio, los colegios en al menos 16 regiones de Rusia están comenzando programas de enseñanza para preparar a los niños sobre cómo protegerse en caso de bombardeos, lo que indica un aumento del temor en la población.

La respuesta de Rusia a estos ataque es ahora un tema de intensa especulación, y se está analizando cuidadosamente por parte de los líderes internacionales, a la espera de qué acciones podría tomar el Kremlin en un entorno tan tenso.