Imagina una oruga que no solo se alimenta de otros insectos, sino que también se viste con los restos de sus víctimas. Esto es exactamente lo que han descubierto los científicos en la isla de Ohalu, Hawái, donde una nueva especie de oruga carroñera ha sido apodada la "oruga recolectora de huesos".

Durante más de 20 años de investigación en esta región, solo se han avistado 62 individuos de esta especie extremadamente rara, lo que la convierte en un hallazgo notable dentro del mundo de la entomología.

¡Una vida escondida y macabra!

Esta peculiar oruga vive en telas de araña, ocultándose entre los árboles y las rocas, siempre lista para atacar a insectos desprevenidos quequeden atrapados en estas trampas. Daniel Rubinoff, biólogo de la Universidad de Hawái en Manoa, describe a estas orugas como "carroñeras, depredadoras y oportunistas", revelando que a veces incluso se canibalizan entre sí.

Vestimenta y decoración únicas

Además de su dieta inusual, lo que realmente capta la atención son sus impresionantes 'atuendos'. Las orugas decoran meticulosamente sus cajas de seda con partes de cuerpos de insectos no comestibles, en un intento astuto de camuflarse entre sus anfitrionas arañas. Se ha observado que seleccionan y ajustan cuidadosamente estos restos, utilizando un estilo de decoración inquietante.

Un legado antiguo en peligro

Pese a que se estima que esta especie tiene alrededor de cinco millones de años, hoy en día se encuentra limitada a un pequeño bosque montañoso de solo 15 kilómetros cuadrados en la isla de Ohalu, poniendo en peligro su existencia.

La biodiversidad única de Hawái

El aislamiento geográfico de Hawái ha propiciado la aparición de diversas especies de invertebrados altamente adaptadas, incluidas estas sorprendentes orugas carnívoras. Aunque la mayoría de las especies de polillas y mariposas son herbívoras, las orugas depredadoras, como la oruga recolectora de huesos, representan tan solo el 0.1% de las 200,000 especies conocidas. Esto resalta la singularidad y vulnerabilidad de la fauna hawaiana en un contexto global.

El descubrimiento de esta oruga no solo es fascinante desde el punto de vista científico, sino que también nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de los ecosistemas y la necesidad de su conservación.